Mes: septiembre 2017

Los Chávez Tupa: Una familia formidable

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En un hermoso paraje de Cusco, en la provincia de Anta, se encuentra el distrito de Chinchaypujio, y allí, enmarcado entre montañas y un mágico cielo azul, el centro poblado de Paucarccoto. Allí comienza esta historia, la de una familia, que, como muchas, no baja los brazos ante la adversidad. Hoy no les contaré de una persona, sino de una familia hermosa. De los Chávez Tupa, me inspiran su unión y amor incondicional.

Supe de esta familia gracias a una persona formidable que seguramente tendré el placer de presentar en otro momento. Ella promovía una acción solidaria para ayudar a Roger, un niño de 9 años que necesita con suma urgencia una serie de costosas y dolorosas cirugías. Lo conoció, y a su familia, mientras desarrollaba proyectos de turismo vivencial, y desde que tocaron su vida, no pudo despegarse de ellos. Luego de conocer más de la historia, pues creo que yo también quedaré unida a ellos por siempre.

Cuando Roger estaba cerca de cumplir los 5 años, quedó en casa con su hermanito de 7. Sus papás habían salido a vender sus productos al mercado, a una hora allí. Los niños, curiosos por naturaleza, encontraron un recipiente con gasolina y empezaron a jugar. Prendieron la cocina, y Roger se prendió con ella, quemándose el rostro y gran parte del cuerpo. Con sus cortos 4 años y pico, Roger salió solito a buscar agua para apagar el fuego. Caminó por 20 minutos para pedir ayuda a una vecina y ella llamó al hermano mayor para llevar al pequeño hasta la ciudad de Cusco, a más de dos horas de viaje. No puedo imaginar el dolor de este angelito, el tremendo sufrimiento hasta que pudo ser atendido en el Hospital Regional de Cusco.

La familia tuvo que tomar una decisión durísima pero que consideraron necesaria. Juan, el padre, viajó a Lima con Roger para darle las mejores oportunidades posibles. Eufemia, la mamá, se quedó en Paucarccoto para mantener a los otros 6 hijos de la pareja. En aquél entonces, Juan, iba camino al Hospital del Niño cargado de esperanza y de los únicos 400 soles (unos 125 dólares) de los que disponía la familia, cuando fue asaltado. La angustia, temor e impotencia iniciales no amilanaron a este padre y desde entonces, a lo largo de estos años, no ha dejado a Roger perder la fe.

Juntos pasaron por mucho… perdieron el lugar donde podían quedarse en Lima (pues no permitieron el ingreso de Juan al hogar por ser varón y él no iba a separarse de su hijo), Roger tuvo cirugías innecesarias o fallidas que en ocasiones significaron un retroceso más que un avance, curaciones dolorosas, huelgas y burocracias del SIS (Sistema Integral de Salud) y miedos, muchos miedos. Juntos sobrellevan el maltrato y discriminación, la nostalgia por su tierra y su familia y no se permiten perder la esperanza.

Juan, como muchas otras cabezas de familia en los Andes peruanos, trabajaba además de en su chacra, a destajo en diferentes chacras para poder mantener a su familia. En Paucarccoto es conocido por tocar la quena con una maestría particular (lo contratan para cualquier ocasión) y es una sólida roca para su pequeño, a quien no tiene reparos en corregir y enseñar cuando es necesario. Juan es tímido, generoso, y aunque no sabe leer ni escribir, es extremadamente educado y cordial. Sabe bien qué es lo correcto y su vínculo con Roger es maravilloso. Por las noches conversan, se ríen de los chistes de Roger y ven juntos películas de Mickey Mouse.

Roger se ha enamorado del mar. Le gusta desde que lo vio por primera vez. Le atraen los barcos y entre cirugías visita el Pacífico, pesca pejerreyes en algún muelle y se llena los ojos de su amigo mar, para que lo acompañe durante los largos días de recuperación.

Con ayuda de su ángel de la guarda, una hermosa persona llamada Carmen (ya les dije que pronto les cuento más de ella) han avanzado muchísimo, se han endeudado hasta el imposible y han dedicado su tiempo y esfuerzo a mejorar a toda costa, peleando contra un sistema que parece no favorecerlos del todo. Pero no es suficiente, necesita más cirugías y conseguir expansores de piel y matriz dérmica que le permitan sanar y mejorar su calidad de vida, mejorar su manera de alimentarse y ser más independiente. Roger necesita ayuda para volver a los brazos de mamá Eufemia, a pastorear sus ovejas, a ayudar en la chacra, para poder ir al colegio a aprender a leer y escribir, y jugar con sus adorados hermanos.

Los Chávez Tupa han recibido ayuda de su hermosa comunidad, de amigos y desconocidos que han estado presentes en una primera actividad para recolectar fondos que permitan no solamente las cirugías y cuidados que Roger necesita, si no también cubrir los gastos de estadía y alimentación de su padre, ayudar a sostener a su familia en Paucarccoto y lograrlo antes de que su precaria casita se venga abajo debido a daños estructurales. A pesar de todo, ellos confían en su Virgencita Asunta y en el amor que se tienen entre ellos. La desgracia no ha hecho más que unirlos y la distancia es solamente otra prueba para ellos. La fe no se pierde. Nunca. Su sueño es volver a estar juntos en su casita en lo alto de la montaña, con sus animales y su chacra, Juan tocando la quena y Eufemia riendo al ver a sus amores todos felices y sanos.

A Roger le gusta jugar con su hermanito Juan y lo extraña muchísimo. Mientras se queda en Lima ha descubierto los autos a control remoto y los peluches. Le gusta el cuy, las sopas y la comida de mamá Eufemia. Mmmm, las comidas de mamá, pienso en lo bien que le haría al alma tomarse una de las sopas de mamá, cómo le quitaría la angustia y le calentaría el cuerpo y el espíritu. Pienso en cómo la extraña, y a su cielo azul, y me duele pensar que aun está lejos de lograrlo. ¿Cómo no seguir el ejemplo de esta familia amorosa? ¿Cómo mirar a otro lado y dejar de dar la mano?

Siempre escucho a gente diciendo que «quisiera ayudar», pero no confía en instituciones (públicas, privadas o eclesiásticas) y que no saben qué hacer. Yo lo veo muy simple: Cada quien debería encontrar un Roger. Los hospitales y albergues están repletos de gente real, que necesita ayuda concreta e inmediata. Si no te animas a hacerlo, te la pongo más fácil: AYUDA A ESTE ROGER. Se necesitan expansores de piel (cada uno cuesta 2 mil soles / cerca de 625 dólares), matriz dérmica (cada una cuesta 9 mil soles / casi 2800 dólares) y todo tipo de medicamentos, algunos tan básicos como protectores gástricos y antibióticos.

Próximamente se realizará una segunda actividad para recaudar fondos para la nueva cirugía y todo lo que conlleva, pero hasta que se concreten las coordinaciones, cualquier ayuda es bienvenida. Carmen, nuestra angelita de guardia, tiene una cuenta recolectora donde va juntando donaciones y administra los gastos de una manera asombrosa (tendría que darme la fórmula para hacer chicle la plata), pues el seguro no ha cumplido con sus compromisos y no se puede dilatar más el cuidado del nene.

A ponernos las pilas, que esta familia nos necesita y juntos podemos lograr grandes cosas.

Hoy podemos ayudar de muchas maneras, aquí un par:

  • Donación monetaria (para tratamientos, cirugías, gastos de alojamiento y alimentación):

BBVA Cuenta Ahorros Soles (Perú) – Carmen Julia Gomez Coello (DNI 08735586)

001103870200056154 (CCI 01138700020005615484)

BANCO DE CRÉDITO DEL PERÚ Cuenta Ahorro Soles 194-38849109-0-22 (CCI 002-194-138849109022-99)

  • Donación de medicamentos: Omeprazol y Sucrolfato
  • Coordinar con el ángel guardián la ayuda para trámites, obtención de medicamentos, cartas para Roger y su familia y otras donaciones no monetarias que se puedan necesitar: Carmen Gómez Coello 946057879 o al mail apoyandoteroger@gmail.com

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Esta la contesta Roger: ¡barco!

¿Quién o qué te inspira?

Esta la contesta Juan: Roger, pues es muy valiente y a pesar de todo es muy bueno con todos sus hermanos. 

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Ellos desean inspirar la unión familiar. No hay nada más importante.