Cusco

Carmen Gómez Coello: Solidaridad todo terreno

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De Carmen Gómez Coello me inspira su inmensa capacidad para solidarizarse con los que más lo necesitan sin importar los obstáculos del camino.

Mi primer contacto con ella fue hace varios años cuando preparaba una nota para una revista, era sobre el Dakar, que por primera vez pasaba por el Perú. A pesar de que era compañera de trabajo de mi hermana, nunca habíamos cruzado camino. Hace poco nos volvimos a cruzar gracias a un evento de ayuda solidaria que ella organizaba. A pesar de la distancia empezamos a comunicarnos con mucha frecuencia y pude llegar a conocerla más.

De inmediato me llamó la atención la pasión con la que se había lanzado a la tarea de ayudar a un pequeño niño cusqueño, Roger,  que necesitaba muchas cirugías (para reducir las secuelas que un terrible accidente casero le había dejado algunos años antes) y no contaba con recursos. Francamente, quedé tan impresionada por su nivel de compromiso y desinterés personal que de inmediato empecé a pedirle que me dejara entrevistarla. No quiso. Se lo pedí tantas veces y de tantas maneras que creo que la gané por cansancio; y es que Carmen no ve lo que hace como algo fuera de lo común y sé que no ha sido fácil abrir su corazón y compartir lo que hoy por hoy se ha convertido en su vida cotidiana. Agradezco infinitamente su confianza y que me dejara escribir estas líneas.

Carmen es una profesional del Turismo con Maestría en Dirección de Negocios Turísticos y Hoteleros, tiene 30 años en el sector y trabaja de manera independiente como consultora. Su pasión es viajar por el Perú en su 4×4 como voluntaria y “adoptar” comunidades para capacitarlos y ayudarlos a mejorar su calidad de vida de la mano del viajero que visita su región. Estudió teatro y danza, le encanta dibujar y pintar y es una madre extraordinaria. Gracias a su larga trayectoria en turismo, tuvo la oportunidad de ver los inicios de Chinchero y otros atractivos turísticos como productos que hoy están plenamente desarrollados. En ese momento pensó que el modelo tendría que replicarse una y otra vez en otros lugares para el beneficio de las poblaciones locales. Con esa idea empezó su búsqueda hace 19 años, en una camioneta Samurai Suzuki llegaba a lugares de difícil acceso para ayudar comunidades y llevar grupos de visitantes. Al llegar a cada sitio por primera vez y reunir a sus pobladores, iba viendo cómo se llenaban de ilusión y esperanza, las ganas y entusiasmo de toda esa gente es lo que la empujó a hacer promesas y a comprometerse, “adoptando” una comunidad tras otra.

Su historia de lucha por la vida empieza desde el vientre de su mamá, que viajó con fe desde Abancay a Lima para salvarla, pues se veían venir serias complicaciones de parto. Por el trabajo de su papá vivió muchos años en provincias, conociendo la realidad fuera de la burbuja de capital y seguramente sembrando en ella esas ganas de dar hasta lo que le falta con tal de que el otro tenga algo.

Me comparte una historia que su papá contaba a quien quisiera escucharla y que a ella le molestaba, hasta ahora, que va comprendiendo que esa nena de 4 años – ella – casi no ha cambiado: Una noche, cerca del Congreso de la República en Lima, por la Av. Abancay, en un semáforo en rojo se bajó para darle su manzana a un mendigo. Su papá decía que siguió su camino sin mirar atrás, sin saber si ellos la seguían o no. Y es que así es Carmen, donde pone el ojo pone la bala y no mira atrás. Con la bendición de haber crecido en una familia unida y generosa no es raro entender ahora muchas de sus decisiones. Sus abuelos le enseñaron a ayudar al prójimo y su paso por un colegio religioso grabó a fuego las palabras de San Francisco de Asís en su corazón: «recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, sólo lo que has dado».

A Carmen la motiva la necesidad ajena, le pican los pies y las manos para ayudar al otro y como mucha gente solidaria que conozco, tiene solamente lo justo para ella y el resto lo comparte.

Carmen en el pabellón de quemados con un amigo de Roger en su primera selfie 🤗

Le pido que me cuente una anécdota y recuerda con indignación cuando llevó ayuda a los damnificados luego del terremoto de Pisco. Ella logró hacer 5 viajes de ida y vuelta en su camioneta llevando ayuda, y veía cómo en el estadio se podría la comida y los sinvergüenzas se robaban los productos que salían cargados en camionetas y camiones, aprovechándose de la buena voluntad de quienes habían donado. La injusticia y la desigualdad no hacen más que darle ganas de seguir ayudando.

A Carmen le brillan los ojos y empieza a hablar con más y más entusiasmo cuando logra armar proyectos que unan sus pasiones: turismo, folklore, teatro, danza, viaje 4×4 y ayuda solidaria. Y la verdad es que es un combo delicioso.

Pero ella sabe que no todo puede maravilloso. Hace 4 años en Paucarccoto conoció a Yeber, un pequeño de 11 años que sufría una terrible infección a la piel. Lo miró a los ojos y le prometió que se curaría. De vuelta a Lima empezó a buscar ayuda – jamás es fácil – y un problema de salud hizo que su búsqueda se retrasara. Cuando por fin pudo juntar el dinero que necesitaba (casi todo lo financia con su propio bolsillo… es un bolsillo mágico) viajó a Cusco y se enteró de que Yeber había muerto dos días antes… ¡Dios mío, qué dolor!, la noticia la dejó devastada y con una profunda tristeza. Como muchas veces los golpes no vienen solos, al poco tiempo se enteró de que un accidente de bus con miembros de sus dos comunidades había cobrado la vida de Luisa, su buena amiga y vice presidenta de la comunidad, y con quien coordinaba las capacitaciones como voluntaria para turismo vivencial. El mal estado de las carreteras producto del tráfico de vehículos de minería ilegal y el abandono de los poderosos le habían arrebatado a alguien más. Dos terribles noticias, dos golpes fuertísimos que en lugar de hundirla la empujaron a seguir. Recordar estos episodios la pone mal, me pide un momento y se enjuga los ojos cargados de lágrimas (intuyo que de una mezcla amarga de dolor y rabia). Vuelve diciendo “¿cómo no los voy a ayudar?” Y entonces me cuenta de Roger y su familia.

Carmen Gomez Coello
Carmen en primer evento solidario para Roger, sentados, Roger y su papá Juan

Roger, ese pequeño de la misma comunidad de Yeber, a quien ha prometido ayudar a estar mejor. Hace ya 3 meses que llevó a Roger a Lima y a puro pulmón ha conseguido las primeras cirugías que mejorarán su futuro. “Cuando conocí a Roger yo estaba repartiendo regalos a los niños. Había juntado muchas cositas y veo un niño que no se dejaba ver el rostro y que se movía por todos lados con un polo amarillo. No pedía juguete, no se acercaba, me miraba de reojo. Terminé de repartir, pero me quedé con un carrito y se dio cuenta que lo seguía y se escapó. Yo corrí hasta dónde él, se refugió en una colina detrás de un arbolito. Le dije ‘soy Carmen’ y me miró, pude ver que se escondía porqué él no quería asustarme. Tenía el rostro quemado y su carita me contaba que había sufrido muchos años de esas miradas de espanto, de susto, de lástima. Roger corría para que yo no lo vea. Le di el carrito. No pronunció una palabra, solamente escuchó mi promesa: Te ayudaremos pequeño, ¡pronto estarás mejor! Regresé a Lima y me demoré meses en conseguir ayuda.» Aunque sigue luchando por conseguir fondos para la próxima cirugía, ella no se amilana.

Le pregunto si no le da miedo cargarse esas responsabilidades, tomar esos compromisos y prometer ayuda que de principio no sabe si conseguirá. Con una sonrisa calma me dice que eso le preguntan a cada rato: “Todos me preguntan lo mismo. Muchos pueden pensar ¡qué arriesgada! asumir una responsabilidad así sin tener una Asociación, sin ONG, sin un trabajo fijo, sin grandes cuentas bancarias.  Soy de clase media baja, vivo en un mini depa, soy madre soltera, mi único capricho es mi camioneta, que además es mi compañera de aventuras y herramienta de trabajo”. Me recuerda que el miedo paraliza y que ella desde que conoció a Roger y le prometió mirándolo a los ojos lo mismo que le había prometido a Yeber, no puede darse el lujo de quedarse quieta. “No puedo tener miedo,me diceellos no lo tienen”.

Carmen me cuenta que más que miedo, ella siente tristeza. La pone triste lo difícil que es conseguir ayuda, depender de los corazones de sus amigos y familia y comprobar que hay gente que ofrece ayuda en público pero en privado simplemente se olvida. Me imagino su frustración e impotencia al pasar meses de meses chateando por whatsapp con médicos especialistas, cirujanos que contestaban con un “llámame más tarde” y simplemente desaparecían. “La gente no dice no, no puedo ayudar; te hacen perder el tiempo, te quitan energías, te mecen”. Me cuenta de artistas, de profesionales y de empresas que son incapaces de ayudar si no hay algo a cambio; de 3 canales de televisión que la buscaron, pero desaparecieron cuando no aceptó exponer a Roger al melodrama insensible y a sus padres al dolor de preguntas desatinadas; de los 5 cirujanos plásticos que la buscaron y desaparecieron cuando descubrieron que no habría cámaras ni publicidad; de un candidato a la alcaldía de Lima que la buscó y luego desapareció por el mismo motivo.

Cada vez me asombra más la fuerza y la voluntad de hierro de esta mujer que no busca soluciones a cualquier costo, sino que protege la integridad y dignidad de las personas, que no permite el merodeo de buitres y oportunistas, aunque eso le cueste demorar la ayuda tan necesaria. Después de todo, ella busca mejorar la calidad de vida y no armar un circo de las circunstancias desafortunadas de los demás. Caramba, voy entendiendo mejor por qué no quería que la entreviste y la admiro un poco más a cada instante.

Me emociona saber que tiene gente buena para acompañarla, aunque tantas veces se haya sentido sola remando contra la corriente. Su papá jubilado la ayuda con lo que puede, sus amigas recargan el celular de Roger para que pueda hablar con su mamá, que quedó allá en los Andes a cargo de sus hermanitos, los amigos compran sus cintas pro fondos para las artesanas de la comunidad y para Roger. ¡Qué difícil es ayudar así! Ayuda por goteo se llama eso, tristísimo cuando lo que se necesita es una ola inmensa. Pero ella no baja la cabeza, luego de los momentos tristes o angustiantes, se apoya en los amigos que le sirven de impulso, se sube las mangas y vuelve renovada al ruedo.

Cuando salgo todos los días del hospital, en estos más de 90 días, miro al cielo y le digo gracias, hoy Roger está mejor”. Ufff… me quito el sombrero (y la bufanda, y los guantes), ¡la pucha! Esta mujer tiene el corazón en el lugar correcto.

Me va quedando claro que sus ganas de ayudar nacen de muy pequeña y seguramente del ejemplo de su familia y gente cercana (los describe con corazones con piernas)… Si de pequeña compartía sus loncheras y repartía borradores entre sus compañeritas de clase porque ellas no tenían, ¿cómo puede parecerle raro a cualquiera lo que hace hoy? ¿cómo podría parecerle raro a ella misma? Misterio resuelto: Está en su naturaleza.

¿Por qué ayudo? Justo porque estoy cerca de ángeles como Roger, a personas maravillosas como su papá Juan. No puedo ser indiferente. A Roger le dijeron que tenía que vivir así cómo lo encontré hasta los 15 años, con una retracción que le impedía comer, desnutrido, sin poder cerrar la boca, con la ropa empapada porque no dejaba de caer la saliva como un caño abierto. Ayudo porque tenemos que ayudarnos, darnos la mano, tenemos que ser solidarios siempre, todos los días, no solamente para fechas especiales o colectas nacionales. Para los que están como yo, ayudando sin recursos de sol a sol, sin ONG, sin Asociación, sin Fundación, sin nada; es difícil, claro que lo es: No tires la toalla, sigue para adelante. Roger después de 5 años puede comer bien, algo que tú y yo hacemos normalmente él no podía. Ahora lo hace. Le faltan más operaciones, su brazo que está comprometido y adherido al tórax, con nuestra ayuda pronto lo tendrá listo para abrazar a sus padres, a sus hermanos y a su chavito, su ovejita.»

Conversamos acerca de lo difícil que se le hace a muchos que quieren ayudar confiar en alguna persona, una causa, una organización; entonces me dice “si vas al mercado a comprar una bolsita de lentejas, compra dos, una para ti y otra la compartes; no esperes a diciembre a hacer algo en la chocolatada de Navidad. Compra solamente lo que necesitas y así te quedará más para compartir; enseña a tus hijos a ser solidarios, pero con tu ejemplo. Compartir es una palabra que me gusta mucho.” Me parece que acaba de describir su filosofía de vida en un párrafo ¿no les parece?

Hoy Carmen sigue creando e impulsando proyectos que unan sus pasiones, todo lo que ha aprendido a lo largo de su vida, y, por supuesto, cumpliendo con esfuerzo e inmenso cariño las promesas que va haciendo en el camino.

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Mi juguete preferido de niña fue Bambi y mi chachicar verde. Me dio pena que Bambi se quedara sin mamá así que yo lo cuidaba de niña.

¿Quién o qué te inspira?

Ahora me inspiran todos los guerreros y valientes que veo día a día en pabellones de quemados. Me inspira la valentía de estos niños y la amistad que nace entre ellos. Me inspira el amor que recibo y cuando me preguntan al despedirme “Carmen, ¿vienes mañana?”

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Esta pregunta es difícil porque sabes que no quería esta entrevista, nunca en mi vida me han entrevistado y menos de las cosas que he venido haciendo toda la vida. ¿Qué podría inspirar yo? Recomiendo a los que tienen algo de tiempo que se den una vuelta por un asilo, un hospital, que se acerquen a un mendigo, ayuden a cruzar a un anciano; que caminen sin chatear en su celular y miren al que necesita y está a su lado.

Si quieres saber más de la historia de Roger, lee aquí su historia. Si te interesa ayudar a Carmen a lograr la pronta recuperación de este pequeño y su regreso a casa, participa del evento solidario que está organizando en Lima el próximo 05 de noviembre en la Peña de Carajo, de 12 a 8pm, donación S/. 40.00 por persona (incluye delicioso menú criollo y show de artistas invitados) Mira los detalles del evento en este link.

Los Chávez Tupa: Una familia formidable

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En un hermoso paraje de Cusco, en la provincia de Anta, se encuentra el distrito de Chinchaypujio, y allí, enmarcado entre montañas y un mágico cielo azul, el centro poblado de Paucarccoto. Allí comienza esta historia, la de una familia, que, como muchas, no baja los brazos ante la adversidad. Hoy no les contaré de una persona, sino de una familia hermosa. De los Chávez Tupa, me inspiran su unión y amor incondicional.

Supe de esta familia gracias a una persona formidable que seguramente tendré el placer de presentar en otro momento. Ella promovía una acción solidaria para ayudar a Roger, un niño de 9 años que necesita con suma urgencia una serie de costosas y dolorosas cirugías. Lo conoció, y a su familia, mientras desarrollaba proyectos de turismo vivencial, y desde que tocaron su vida, no pudo despegarse de ellos. Luego de conocer más de la historia, pues creo que yo también quedaré unida a ellos por siempre.

Cuando Roger estaba cerca de cumplir los 5 años, quedó en casa con su hermanito de 7. Sus papás habían salido a vender sus productos al mercado, a una hora allí. Los niños, curiosos por naturaleza, encontraron un recipiente con gasolina y empezaron a jugar. Prendieron la cocina, y Roger se prendió con ella, quemándose el rostro y gran parte del cuerpo. Con sus cortos 4 años y pico, Roger salió solito a buscar agua para apagar el fuego. Caminó por 20 minutos para pedir ayuda a una vecina y ella llamó al hermano mayor para llevar al pequeño hasta la ciudad de Cusco, a más de dos horas de viaje. No puedo imaginar el dolor de este angelito, el tremendo sufrimiento hasta que pudo ser atendido en el Hospital Regional de Cusco.

La familia tuvo que tomar una decisión durísima pero que consideraron necesaria. Juan, el padre, viajó a Lima con Roger para darle las mejores oportunidades posibles. Eufemia, la mamá, se quedó en Paucarccoto para mantener a los otros 6 hijos de la pareja. En aquél entonces, Juan, iba camino al Hospital del Niño cargado de esperanza y de los únicos 400 soles (unos 125 dólares) de los que disponía la familia, cuando fue asaltado. La angustia, temor e impotencia iniciales no amilanaron a este padre y desde entonces, a lo largo de estos años, no ha dejado a Roger perder la fe.

Juntos pasaron por mucho… perdieron el lugar donde podían quedarse en Lima (pues no permitieron el ingreso de Juan al hogar por ser varón y él no iba a separarse de su hijo), Roger tuvo cirugías innecesarias o fallidas que en ocasiones significaron un retroceso más que un avance, curaciones dolorosas, huelgas y burocracias del SIS (Sistema Integral de Salud) y miedos, muchos miedos. Juntos sobrellevan el maltrato y discriminación, la nostalgia por su tierra y su familia y no se permiten perder la esperanza.

Juan, como muchas otras cabezas de familia en los Andes peruanos, trabajaba además de en su chacra, a destajo en diferentes chacras para poder mantener a su familia. En Paucarccoto es conocido por tocar la quena con una maestría particular (lo contratan para cualquier ocasión) y es una sólida roca para su pequeño, a quien no tiene reparos en corregir y enseñar cuando es necesario. Juan es tímido, generoso, y aunque no sabe leer ni escribir, es extremadamente educado y cordial. Sabe bien qué es lo correcto y su vínculo con Roger es maravilloso. Por las noches conversan, se ríen de los chistes de Roger y ven juntos películas de Mickey Mouse.

Roger se ha enamorado del mar. Le gusta desde que lo vio por primera vez. Le atraen los barcos y entre cirugías visita el Pacífico, pesca pejerreyes en algún muelle y se llena los ojos de su amigo mar, para que lo acompañe durante los largos días de recuperación.

Con ayuda de su ángel de la guarda, una hermosa persona llamada Carmen (ya les dije que pronto les cuento más de ella) han avanzado muchísimo, se han endeudado hasta el imposible y han dedicado su tiempo y esfuerzo a mejorar a toda costa, peleando contra un sistema que parece no favorecerlos del todo. Pero no es suficiente, necesita más cirugías y conseguir expansores de piel y matriz dérmica que le permitan sanar y mejorar su calidad de vida, mejorar su manera de alimentarse y ser más independiente. Roger necesita ayuda para volver a los brazos de mamá Eufemia, a pastorear sus ovejas, a ayudar en la chacra, para poder ir al colegio a aprender a leer y escribir, y jugar con sus adorados hermanos.

Los Chávez Tupa han recibido ayuda de su hermosa comunidad, de amigos y desconocidos que han estado presentes en una primera actividad para recolectar fondos que permitan no solamente las cirugías y cuidados que Roger necesita, si no también cubrir los gastos de estadía y alimentación de su padre, ayudar a sostener a su familia en Paucarccoto y lograrlo antes de que su precaria casita se venga abajo debido a daños estructurales. A pesar de todo, ellos confían en su Virgencita Asunta y en el amor que se tienen entre ellos. La desgracia no ha hecho más que unirlos y la distancia es solamente otra prueba para ellos. La fe no se pierde. Nunca. Su sueño es volver a estar juntos en su casita en lo alto de la montaña, con sus animales y su chacra, Juan tocando la quena y Eufemia riendo al ver a sus amores todos felices y sanos.

A Roger le gusta jugar con su hermanito Juan y lo extraña muchísimo. Mientras se queda en Lima ha descubierto los autos a control remoto y los peluches. Le gusta el cuy, las sopas y la comida de mamá Eufemia. Mmmm, las comidas de mamá, pienso en lo bien que le haría al alma tomarse una de las sopas de mamá, cómo le quitaría la angustia y le calentaría el cuerpo y el espíritu. Pienso en cómo la extraña, y a su cielo azul, y me duele pensar que aun está lejos de lograrlo. ¿Cómo no seguir el ejemplo de esta familia amorosa? ¿Cómo mirar a otro lado y dejar de dar la mano?

Siempre escucho a gente diciendo que «quisiera ayudar», pero no confía en instituciones (públicas, privadas o eclesiásticas) y que no saben qué hacer. Yo lo veo muy simple: Cada quien debería encontrar un Roger. Los hospitales y albergues están repletos de gente real, que necesita ayuda concreta e inmediata. Si no te animas a hacerlo, te la pongo más fácil: AYUDA A ESTE ROGER. Se necesitan expansores de piel (cada uno cuesta 2 mil soles / cerca de 625 dólares), matriz dérmica (cada una cuesta 9 mil soles / casi 2800 dólares) y todo tipo de medicamentos, algunos tan básicos como protectores gástricos y antibióticos.

Próximamente se realizará una segunda actividad para recaudar fondos para la nueva cirugía y todo lo que conlleva, pero hasta que se concreten las coordinaciones, cualquier ayuda es bienvenida. Carmen, nuestra angelita de guardia, tiene una cuenta recolectora donde va juntando donaciones y administra los gastos de una manera asombrosa (tendría que darme la fórmula para hacer chicle la plata), pues el seguro no ha cumplido con sus compromisos y no se puede dilatar más el cuidado del nene.

A ponernos las pilas, que esta familia nos necesita y juntos podemos lograr grandes cosas.

Hoy podemos ayudar de muchas maneras, aquí un par:

  • Donación monetaria (para tratamientos, cirugías, gastos de alojamiento y alimentación):

BBVA Cuenta Ahorros Soles (Perú) – Carmen Julia Gomez Coello (DNI 08735586)

001103870200056154 (CCI 01138700020005615484)

BANCO DE CRÉDITO DEL PERÚ Cuenta Ahorro Soles 194-38849109-0-22 (CCI 002-194-138849109022-99)

  • Donación de medicamentos: Omeprazol y Sucrolfato
  • Coordinar con el ángel guardián la ayuda para trámites, obtención de medicamentos, cartas para Roger y su familia y otras donaciones no monetarias que se puedan necesitar: Carmen Gómez Coello 946057879 o al mail apoyandoteroger@gmail.com

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Esta la contesta Roger: ¡barco!

¿Quién o qué te inspira?

Esta la contesta Juan: Roger, pues es muy valiente y a pesar de todo es muy bueno con todos sus hermanos. 

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Ellos desean inspirar la unión familiar. No hay nada más importante.

Augusto Navarro: Una herramienta de arte

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Augusto Navarro Simbiontes

De Augusto Navarro me inspira su visión integrada de las artes. Lo conocí hace ya algunos años en la ciudad de Cusco, en Perú, y desde entonces no ha dejado de sorprenderme su habilidad para incorporar diversas disciplinas en un proyecto particular, sea comisionado o sea personal. Siempre es una sorpresa ver el resultado de lo que produce, además de su propio talento volcado en cada proyecto, tiene una sorprendente habilidad para reunir equipos humanos de lujo para hacer realidad su visión.

Augusto se define como artista multimedia, como una «herramienta de arte». Es Director de la agrupación para la experimentación escénica Simbiontes, que desde 1998 realiza proyectos de investigación sobre el cuerpo, la identidad, la cultura popular y tradicional del Perú y más. En el 2001 incursionó en el lenguaje audiovisual con la realización de su primer cortometraje, y desde entonces no dejó el Video Arte: videos y animaciones para cine, museos, performances, obras de teatro e intervenciones que incluyen la participación de la Orquesta Sinfónica del Cusco.

Egresó de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1998 y de 2002 al 2006 realizó labor docente en el Teatro del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dictando talleres de Danza y Movimiento, y realizando siempre performances, videos y producciones artísticas. Su dedicación a la experimentación con el cuerpo, la imagen y el sonido lo ha llevado a trabajar con distintos artistas de la música tradicional y contemporánea, del teatro, la danza, las artes plásticas y multimedia, pues vive en una búsqueda constante de experiencias y exploraciones de lenguajes artísticos, que luego fusiona para generar propuestas escénicas contemporáneas.

El interés de Augusto Navarro por el movimiento nace en las salas de ensayo de la escuela de teatro en la que estudió, donde les enseñaban el método Grotowskiano basado en un trabajo psicofísico, allí aprendió a valorar las posibilidades expresivas del cuerpo, a través del aprendizaje de técnicas muy rigurosas y exigentes. Su gusto por el video viene de las ganas de explorar la escena teatral con el lenguaje audiovisual: «el video en las propuestas escénicas pueden llevarte por distintos lugares en distintos tiempos, conectarte en vivo con gente en otros países, hacer video instalaciones, interactuar con la imagen y el sonido en tiempo real, Mapear, etc. es un mundo amplio por explorar», nos cuenta con entusiasmo.

Lunarios Simbiontes Buenos Aires

Al preguntarle acerca de cómo nacen los proyectos nos dice que «nacen de impulsos, el territorio a explorar para mi siempre fue El Cuerpo & la Identidad, quién soy, dónde estoy y por qué estoy aquí? son preguntas te llevan a buscar en tus raíces. La planificación de un nuevo proyecto es extensa, pero básicamente hay que descubrir qué queremos decir con este montaje, con quién lo vamos a realizar, en dónde y cómo lo vamos a presentar, etc. Para que el proyecto sea atractivo el tema que tratemos de una u otra forma debe ser importante para nuestras vidas.»

Augusto considera que su mayor reto profesional está ligado a lograr hacer crecer la escena teatral alternativa, sosteniendo una propuesta artística de autor en un mundo donde el entretenimiento masivo y prefabricado parece ser todo lo que merecemos. Su impulso constante de seguir creando surge de su necesidad intensa de comunicarse, primero con sus actores , bailarines o performers, músicos, etc.(el proceso creativo); y  luego, de lanzar el puente con el público. «Para mi el teatro como espectador, actor o director me da la posibilidad de encontrarme con seres que pueden conectarse en el momento apropiado para viajar a sectores mas sensibles de nuestra conciencia», nos cuenta.

El ambiente de trabajo en el que se sumerge Augusto está lleno de afiches, libros, cuadernos, lapiceros, computadoras, parlantes, cables y tecnologías de todo tipo salpicadas por aquí y por allá. «Me gusta el video porque editar es como dirigir una obra escénica en cuanto a forma, aunque en el proceso es distinto: en edición la manipulación de los elementos te puede permitir llegar a la poesía, y me gusta la danza porque con el cuerpo el flujo de energía interior es el que te permite trascender el movimiento, experiencia única entre el espectador y el performer.»

Con Navarro en la dirección, Simbiontes cuenta con innumerables producciones y tiene a puertas un importante proyecto, ganador del fondo Co-Producción de IBERESCENA, que se presentará en Perú y Argentina en sólo unos días. La producción, titulada «LUNARIOS«, rememora antiguas ceremonias a la luna. Así, tres mujeres (Marisol Zumaeta, Lorena Avallar, Vania Farfán) inician una peregrinación a distintos Templos de la Luna en Perú y Argentina… Cada una lleva consigo una herida, una ofrenda, y a través de actos psicomágicos buscarán su transformación.

Sobre LUNARIOS, Augusto nos cuenta que en la época del cronista quechua Guamán Poma, los “calendarios”, eran también conocidos como “almanaques” y “lunarios”. Nos dice que desde tiempos milenarios la Luna simboliza el arte, el viaje psíquico, la conexión con la creatividad – la Fertilidad que va más allá de la muerte-vida-muerte en el círculo sagrado a la eternidad. El montaje busca rememorar e integrar una visión milenaria de los pueblos andinos de América del Sur en su adoración a los astros, guías de su destino, así como remarcar los lazos que existen a lo largo del territorio americano, unido por una misma cultura ancestral. Como parte de la producción del montaje se realizaron viajes hacia Templos de la Luna, visitando tres sitios arqueológicos prehispánicos en Perú y Argentina, buscando unificar a partir de Rituales Contemporáneos, las energías de estos centros de poder. Y termina: «Lunarios es una experiencia de arte transformador, un viaje a la Luna, en donde la peregrinación, los cantos, las ofrendas, la danza y actos psicomágicos han sido estaciones en nuestro calendario. Dedicado a los seres de la noche. Alunación.»

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En Cusco, Perú, las funciones serán el jueves 03, viernes 04 y sábado 05 de septiembre 2015 a las 07:30 pm en el fabuloso Convento Santo Domingo – Qorikancha Cusco (Plazoleta de Santo Domingo s/n).

En Buenos Aires, LUNARIOS se presentará el día sábado 19 de septiembre (a las 20 horas) y el domingo 20 de septiembre (a las 19 horas) en Espacio Utaki, en Garibaldi 1675, Boca CABA

Así como Lunarios, los proyectos de Augusto Navarro nacen de la curiosidad y búsqueda constante, de una inquietud permanente por descubrir y fusionar lenguajes, movimientos, significantes y significados, cada proyecto es en sí mismo un fin, un seguir ampliando el horizonte para Simbiontes y para el teatro alternativo latinoamericano, un montaje a la vez. Estoy segura de que seguiré escuchando de Augusto, de Simbiontes y de sus mil y un proyectos, felizmente esta vez la visita de Lunarios a Buenos Aires me permite seguir atenta a sus propuestas.

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Las tres infaltables…

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Creo que los legos, esos ladrillitos me permitían crear naves y castillos y viajar por horas.

¿Quién o qué te inspira?

Entre otros, el músico Nick Cave, la potencia que le imprime a su música es algo conmovedor para mi.

¿Qué desearías inspirar en/a los demás?

No lo sé.

 

Para conocer más acerca de los proyectos de Augusto Navarro y de Simbiontes,  puedes visitar simbiontes.wordpress.com o www.youtube.com/user/Simbiontesaurio, o contactarlo en los teléfonos (51-84)246877 / (51)984683924 o al correo electrónico simbiontesperu@yahoo.es.

 

Todas las fotografías e información de proyectos fueron proporcionadas por Simbiontes para ilustrar la nota.