Música
Rodrigo Soler: Cantando historias
De Rodrigo Soler me inspiran su ENTUSIASMO y GRAN TALENTO. La primera vez que escuché su música fue por su hermana, Romina, gran artista plástica y querida amiga y desde entonces he seguido sus diversos proyectos.
Nació en Buenos Aires y desde muy chiquito recibió influencias musicales de su mamá, que le presentaba discos y cassettes que fueron alimentando su estilo: The Beatles, Serrat, Sabina, The Mamas and The Papas, Fito Páez, entre otros. Ya desde entonces, Rodrigo se encerraba en la habitación y con micrófonos de mentira ponía canciones y simulaba cantar. Imagino casi sin esfuerzo su versión chiquita haciendo playback hasta que un día, sin más, descubrió su propia voz.
Fueron los campamentos de la infancia los que vieron sus inicios como músico. Allí, entre guitarras y fogones, cantando y compartiendo juntos, Rodrigo se empeñó en aprender a tocar la guitarra, y, aunque es zurdo, sus ganas de aprender eran tantas que empezó a probar con lo había; por eso, hoy toca la guitarra como si fuera diestro. Con el tiempo empezó a ir a la casa de una profesora del barrio con una amiga y continuó su formación musical con otros profesores particulares.
Durante la adolescencia tocó en varias bandas, muchas se fueron desarmando y otras iban cambiando, en algunas componía y hacía coros. Mientras tanto, se anotó en el Conservatorio Manuel de Falla. El día que empezaba el tercer año, se subió a un avión y se fue a vivir a España. Aquello que había empezado como jugando se había transformado en su forma más pura de expresión. Allí pasó ocho años haciendo música y estudiando teatro, nutriéndose de experiencias, sonidos y gentes. Al volver a la Argentina centró toda su atención en su proyecto solista y grabó dos discos de estudio y dos de sesiones en vivo.
El tiempo que vivió en España dejó una marca indeleble en Rodrigo pues generó un vínculo profundo con la tierra de sus antepasados. Su abuelo se había escapado del franquismo durante la guerra luego de estar dos veces preso y en peligro de muerte. Aquel republicano incansable que recitaba poemas de García Lorca en sótanos clandestinos de Santander, y que al irse a vivir a Buenos Aires fundó el Deportivo Español con la intención de unir a los españoles exiliados, independientemente de su filiación política. Es curiosa la vida, mi abuelo paterno era de Santander. No puedo evitar pensar si se conocieron, si cruzaron caminos alguna vez, aunque el mío terminara en el Perú y el suyo en la Argentina, y que, luego se dieran las cosas para conocerlo aquí y ahora.
Le pregunto cómo nacen los proyectos, con su habitual franqueza me cuenta:
“Creo que los proyectos nacen de una necesidad, de crear algo que no existe, de poder expresar sentimientos y contar historias, de cantar mi manera de ver el mundo. Muchas veces no los planeo, sino que llegan, aparecen, como Canciones desde el Búnker, que nació de mi necesidad de comunicarme con el mundo exterior en medio de la pandemia. Para que sea atractivo debe despertar algo en mí, debe excitarme, debe darme ganas de mostrarlo. Las colaboraciones muchas veces surgen de la necesidad de conectar con otros artistas y nutrirnos mutuamente, influenciarnos, ayudarnos a potenciar el arte de cada uno.”
Escuchar a Rodrigo cantar en vivo o verlo en algún video transmite siempre mucha emoción, es inevitable sentir lo que él siente, sus canciones son como pequeños mundos de historias, y todo cobra sentido cuando le pregunto si la música ha despertado otros intereses, como la escritura:
“Siempre fueron de la mano, desde chico garabateaba letras, sonetos, estrofas, y también historias y cuentos, así que creo que desde mis comienzos se fueron retroalimentando, después de todo son palabras y maneras de expresarme, lo único que va cambiando es el formato.”
El 08/12/23 Rodrigo lanzó oficialmente la segunda entrega de la serie Canciones desde el Búnker, y planea seguir con este formato maravilloso, componiendo nuevo material y planificando una nueva gira.
Canciones desde el Búnker (Vol. 2), es, además de un disco, un proyecto audiovisual que combina canciones propias con otras que surgieron a partir de encuentros creativos con diferentes colegas. De cada sesión en vivo se grabaron videos que se subieron a diferentes plataformas, acompañados de textos que cuentan historias relacionadas con cada composición, con el encuentro creativo o con alguna anécdota particular que da un sentido diferente o más profundo a alguna de las letras. Por eso no me sorprende que un proyecto de Rodrigo que aún está en el tintero sea la recopilación de muchas de sus historias en un libro. Hay tanto para contar que a veces una canción no alcanza, y él, con esa manera tan suya de llevarte de la mano por esos mundos, seguramente, publicará una joyita.
Pero, volviendo a Canciones desde el Búnker (Vol. 2), les puedo contar que los temas fueron grabados en Argentina, Ecuador y España y tiene como invitados a Julián Oroz, Flor Albarracín, Gabriel Ventura Gulí, Rafa Pons, David Bonilla, Mike Lo Cane, Zambayonny, Dadu, Elenitakatá, Daniel Hare y Manu Clavijo. Háganse un favor y vayan a disfrutar de este regalo.
Le pregunto cómo se describiría y cómo cree que lo describiría la gente, sospecho que no es fácil la pregunta, pero él no se amilana:
“Me describiría como un músico y escritor al que le gusta compartir historias, cantarle al amor, al desamor, a la vida, a la rebeldía, a las cosas por las cuales vale la pena vivir. Y ojalá la gente me describiera como un buen amigo de mis amigos y como una buena persona.”
Mientras escribo esto, escuchando las canciones de Rodrigo y sus invitados al búnker, tiene total sentido cuando comparte que
“los proyectos necesitan constancia y corazón, y sobre todo una fuerza de voluntad terrible, es un camino muy difícil porque el mundo no deja que uno se abra paso. A veces hay que seguir golpeando puertas hasta que alguna se abra, a veces hay que dejar de golpear y fabricarse uno el mundo que quiere, hacer su camino, contar su historia. Todos queremos salir del barro, pero no debemos olvidarnos de que lo importante es la obra, es lo que uno va a dejar. A veces por insistir en que nuestro proyecto avance perdemos tiempo precioso que podríamos dedicarle a perfeccionarlo, o a generar más material, que en definitiva es por lo que uno empieza en esto, o al menos yo, para contar mis verdades.”
Si todavía no conoces a Rodrigo Soler te estás perdiendo de un artista que es puro corazón, franco, apasionado, curioso, inquieto y en constante crecimiento. Al final de estas líneas está el detalle de sus redes, vale la pena seguirle los pasos.
Las tres infaltables:
¿Cuál fue tu juego o juguete preferido?
Siempre me gustó muchísimo jugar a la pelota. Mi papá, que es técnico de fútbol, durante mi infancia era el director de la escuela de fútbol de Parque Chacabuco, y yo iba siempre con él. Ahí aprendí a trabajar en equipo, a superarme, aprendí sobre compañerismo, ahí tuve mis primeros logros. Recuerdo cuando hice el primer gol de mi vida, que en lugar de salir a abrazar a mis compañeros salí corriendo a abrazarlo a él.
¿Quién o qué te inspira?
Me inspira la gente que no se rinde, que hace su camino con alegría y que disfruta los pequeños triunfos, muchas veces por esperar la gran victoria no festejamos los logros que vamos teniendo por el camino, que son los que nos van a dar fuerza para seguir.
¿Qué te gustaría que la gente tomara de inspiración de ti?
La insistencia, la perseverancia a pesar de que a veces nos desanimamos y queremos largar todo.
Para seguir los proyectos de Rodrigo Soler, puedes seguirlo en sus redes sociales:
Instagram: https://www.instagram.com/rodrigofsoler/
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Allison Bellido: Corazón de Oro
De Allison Bellido me inspira su corazón (en el sentido que los poetas le dan a la palabra). Tuve la suerte de conocerla hace ya algunos años – ya una década – en un grupo de voluntariado que creaba proyectos para niños que trabajaban en la calle. Si bien el grupo era pequeño y solventado casi prácticamente por los voluntarios, fue una de las épocas que recuerdo con más cariño. Éramos un grupo de jóvenes locos que soñaban con cambiar la realidad de chicos que deberían estar en la escuela o en una cama cómoda y caliente en vez de congelarse en las calles vendiendo flores y golosinas. Dejé ese entrañable grupo humano por seguir estudiando en otra ciudad, y cuando volví, se había disuelto por motivos que ya no recuerdo bien.
Por entonces Allison tenía unos 18 años y ya se notaban algunas cualidades que con el tiempo serían distintivas en ella: Su amor por la fotografía, el cine y la música (es fanática de los Beatles hasta el tuétano), su gran sensibilidad por las artes y el medio ambiente; y, por supuesto, su inquebrantable espíritu solidario.
Nació en Lima, Perú, en el invierno de 1988. De su niñez no recuerda mucho, salvo algunos eventos que la marcaron a fuego (como un atentado terrorista en pleno barrio residencial que dejó un importante saldo de muertos y heridos); pero lo que no se olvida es la complicidad con su abuela: recuerda las vendimias y a su abuela preparando el árbol de la casa para que fuera a «deshojarlo» para hacer hermosas alfombras de flores. Viene a su memoria su tío abuelo Julio, quien le contaba del tranvía y la Botica Francesa, de los carnavales y los baños de Barranco.
Habla de sus papás y de su hermano como si fueran su mayor tesoro, pues está convencida que a ellos les debe todo, con sus grandes esfuerzos y pequeños detalles (como cuando su papá se escapó del trabajo para acompañarla a comprar un libro en una plaza lejana del centro de la ciudad)
Allison es una chica romántica y propensa a filosofar hasta de las más pequeñas cosas, y aunque en el pasado dar muchas vueltas a las cosas más sencillas le trajo malos momentos, hoy prefiere disfrutar cada instante como viene. Es una chica soñadora y cariñosa, con una responsabilidad tremenda cuando se trata de cumplir con algún compromiso de estudios, de trabajo o personal. Su palabra vale y su preocupación por los que más quiere es genuina y transparente. Se interesa por los idiomas, la diversidad cultural y los proyectos sociales, lo que la llevó a viajar por diversos lugares y conocer realidades que le abrieron un nuevo panorama.
Cree firmemente en la educación como uno de los pilares para el cambio social y le entristece ver que en su país el arte y la cultura aun sean vistos como un lujo de los ricos y no como algo que debe iniciarse desde la época escolar: “Nos hallamos inmersos en una desnutrición cultural y una falta de sensibilidad por el arte. ¿Cuál es la consecuencia de ello? Creo que se ve en los políticos, en las inversiones inmediatistas, en el orden de prioridades que hace que si de por sí hay un ambiente laboral muy competitivo, cuando las personas consiguen trabajo lo primero que hacen es comprar un televisor, antes que disfrutar de un día en familia, ir al teatro o cine (hay varias alternativas gratis incluso) o aprender otro idioma. Además no hay una valoración de otro tipo de sabidurías como las ancestrales, los conocimientos de los campesinos por ejemplo, las técnicas que conservan las artesanas, etc. Por lo que uno de mis sueños es contribuir a tener una educación para la vida, en donde cada uno sea respetado en sus particularidades y que pase por un proceso de sensibilización mediante el arte y la cultura, que es finalmente lo que define gran parte de la identidad de un pueblo o nación.”. Tan joven y tan sabia, ¿no?
Su interés por las artes, la música y la cultura nació cuando a los 9 años ganó una beca para aprender a tocar flauta, desde aquel momento supo que la música era el alimento para su alma. Con el tiempo llegaron el cine y la fotografía.
La justicia social es algo que atraviesa su centro, y elige proyectos en los que siente que genuinamente puede aportar algo. Chicos que trabajan en la calle y un asilo de ancianos fueron sus primeros proyectos de voluntariado. Luego participó en un proyecto de Comercio Justo con artesanas de Puno (al sur del Perú) y en uno que fue decisivo para ella; un intercambio entre voluntarios suecos y peruanos, teniendo la posibilidad de trabajar y hacer labor en el Cusco (Perú) y luego al norte de Suecia. Aunque luego de un tiempo los estudios y el trabajo la alejaron del trabajo de campo, no se fue por completo y empezó a ayudar desde lo que iba aprendiendo, convirtiéndose en la responsable del equipo de comunicaciones de uno de estos grupos, con soporte a nivel nacional; “comunicamos en todo” – me dice – “el ser humano es social por naturaleza, creo que lo genial de las comunicaciones es que tienen distintos canales de expresión, ya sea concreta o abstracta. Pero es quizás en el segundo punto en que denotas cuán importante se torna para el ser humano llegar a esa conexión con los demás, mediante una danza o canción. Son cosas que no se teorizan pero aportan a un aspecto invaluable que es la felicidad. Estudio comunicación porque creo que alguna manera puede ser un puente para otros, a participar en construir lazos.”
Allison ve su interés por lo social como una vinculación más al arte… “porque es en ese encuentro a los demás en que me encuentro a mí misma y vuelco mi humanidad, pero siempre –aunque suene cliché- siento que doy pero recibo más.” Y sí, suena a cliché, pero conozco a Allison y sé que realmente lo siente así, y contagia.
Con un buen café y varias risas después confiesa que uno de sus mayores retos ha sido preparar una ponencia en una conferencia en Suecia que tenía que ser en inglés y la traducirían al sueco en simultáneo. No le asustaba el tener que hablar en otro idioma, sino el hecho de dirigirse a un grupo de sacerdotes y gente vinculada a la Iglesia hablando sobre la Teología de la Liberación. Pero como todo lo que se hace con el corazón rinde fruto, todo salió perfectamente.
Charlar con Allison es un placer, se habla de todo y con ganas. Ella quiere hacerlo todo, aprenderlo todo, desde tocar un instrumento musical hasta un nuevo idioma. Devora los libros como una termita y siempre se las arregla para involucrarse en algún nuevo proyecto. Como toda persona creativa que conozco, las estructuras son un desafío y el orden una tortura, así que elegir un proyecto al cual dedicar su tiempo y energía tiene poco que ver con objetivos medibles y mucho con la humanidad y el cultivo de las artes.
Hay dos frases de Shopenhauer que suele citar y que me parece resumen mucho de su filosofía de vida y su personalidad: “En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad” y “Con la voluntad se puede hacer todo. Yo soy lo que yo quiero”.
¿Cómo te describirías? – le pregunto – ¿Cómo crees que te describiría la gente?… Una breve pausa y la respuesta, clara como ella misma: “A veces vivo en las nubes o pensando en películas, soy muy distraída. A veces soy muy honesta o digo cosas que pueden meter la pata, pero sin la intención de hacerlo o dañar o perjudicar. Creo que soy transparente en lo que siento, me cuesta disimular, pero eso también me ha traído complicaciones cuando se trata de dar confianza porque siento que algunos han aprovechado este aspecto”.
Allison, con su distracción y sus Beatles, sus fotos y sus pinturas, sus películas y sus cafés; una hermosa jovencita con un corazón que vale diez veces su peso en oro. Estoy segura de que llegará lejos, y aunque ella no lo sepa, ha marcado la vida de muchos, muchísimos que hemos tenido la suerte de conocerla.
Las tres infaltables…
¿Cuál fue tu juego o juguete preferido de la infancia?
La bicicleta y un juguete que era como un mini-piano. También tenía un peluche de Alf que hasta ahora conservo.
¿Quién o qué te inspira?
Mis padres y mi hermano, principalmente, aunque no lo demuestre, son el amor más grande que tengo. Me inspiran muchas personas en distintos rubros, amigos cercanos y cineastas lejanos. Francois Truffaut e Ingmar Bergman son dos grandes del cine que me inspiran a más no poder; Cartier-Bresson en fotografía y en la música hay muchos, pero claro Los Beatles. Y también creo que debemos aprender mucho de los animales, me inspira mucho su ternura y fidelidad.
¿Qué desearías inspirar en/a los demás?
No creo ser la indicada para decirlo.
Augusto Navarro: Una herramienta de arte
De Augusto Navarro me inspira su visión integrada de las artes. Lo conocí hace ya algunos años en la ciudad de Cusco, en Perú, y desde entonces no ha dejado de sorprenderme su habilidad para incorporar diversas disciplinas en un proyecto particular, sea comisionado o sea personal. Siempre es una sorpresa ver el resultado de lo que produce, además de su propio talento volcado en cada proyecto, tiene una sorprendente habilidad para reunir equipos humanos de lujo para hacer realidad su visión.
Augusto se define como artista multimedia, como una «herramienta de arte». Es Director de la agrupación para la experimentación escénica Simbiontes, que desde 1998 realiza proyectos de investigación sobre el cuerpo, la identidad, la cultura popular y tradicional del Perú y más. En el 2001 incursionó en el lenguaje audiovisual con la realización de su primer cortometraje, y desde entonces no dejó el Video Arte: videos y animaciones para cine, museos, performances, obras de teatro e intervenciones que incluyen la participación de la Orquesta Sinfónica del Cusco.
Egresó de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1998 y de 2002 al 2006 realizó labor docente en el Teatro del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dictando talleres de Danza y Movimiento, y realizando siempre performances, videos y producciones artísticas. Su dedicación a la experimentación con el cuerpo, la imagen y el sonido lo ha llevado a trabajar con distintos artistas de la música tradicional y contemporánea, del teatro, la danza, las artes plásticas y multimedia, pues vive en una búsqueda constante de experiencias y exploraciones de lenguajes artísticos, que luego fusiona para generar propuestas escénicas contemporáneas.
El interés de Augusto Navarro por el movimiento nace en las salas de ensayo de la escuela de teatro en la que estudió, donde les enseñaban el método Grotowskiano basado en un trabajo psicofísico, allí aprendió a valorar las posibilidades expresivas del cuerpo, a través del aprendizaje de técnicas muy rigurosas y exigentes. Su gusto por el video viene de las ganas de explorar la escena teatral con el lenguaje audiovisual: «el video en las propuestas escénicas pueden llevarte por distintos lugares en distintos tiempos, conectarte en vivo con gente en otros países, hacer video instalaciones, interactuar con la imagen y el sonido en tiempo real, Mapear, etc. es un mundo amplio por explorar», nos cuenta con entusiasmo.
Al preguntarle acerca de cómo nacen los proyectos nos dice que «nacen de impulsos, el territorio a explorar para mi siempre fue El Cuerpo & la Identidad, quién soy, dónde estoy y por qué estoy aquí? son preguntas te llevan a buscar en tus raíces. La planificación de un nuevo proyecto es extensa, pero básicamente hay que descubrir qué queremos decir con este montaje, con quién lo vamos a realizar, en dónde y cómo lo vamos a presentar, etc. Para que el proyecto sea atractivo el tema que tratemos de una u otra forma debe ser importante para nuestras vidas.»
Augusto considera que su mayor reto profesional está ligado a lograr hacer crecer la escena teatral alternativa, sosteniendo una propuesta artística de autor en un mundo donde el entretenimiento masivo y prefabricado parece ser todo lo que merecemos. Su impulso constante de seguir creando surge de su necesidad intensa de comunicarse, primero con sus actores , bailarines o performers, músicos, etc.(el proceso creativo); y luego, de lanzar el puente con el público. «Para mi el teatro como espectador, actor o director me da la posibilidad de encontrarme con seres que pueden conectarse en el momento apropiado para viajar a sectores mas sensibles de nuestra conciencia», nos cuenta.
El ambiente de trabajo en el que se sumerge Augusto está lleno de afiches, libros, cuadernos, lapiceros, computadoras, parlantes, cables y tecnologías de todo tipo salpicadas por aquí y por allá. «Me gusta el video porque editar es como dirigir una obra escénica en cuanto a forma, aunque en el proceso es distinto: en edición la manipulación de los elementos te puede permitir llegar a la poesía, y me gusta la danza porque con el cuerpo el flujo de energía interior es el que te permite trascender el movimiento, experiencia única entre el espectador y el performer.»
Con Navarro en la dirección, Simbiontes cuenta con innumerables producciones y tiene a puertas un importante proyecto, ganador del fondo Co-Producción de IBERESCENA, que se presentará en Perú y Argentina en sólo unos días. La producción, titulada «LUNARIOS«, rememora antiguas ceremonias a la luna. Así, tres mujeres (Marisol Zumaeta, Lorena Avallar, Vania Farfán) inician una peregrinación a distintos Templos de la Luna en Perú y Argentina… Cada una lleva consigo una herida, una ofrenda, y a través de actos psicomágicos buscarán su transformación.
Sobre LUNARIOS, Augusto nos cuenta que en la época del cronista quechua Guamán Poma, los “calendarios”, eran también conocidos como “almanaques” y “lunarios”. Nos dice que desde tiempos milenarios la Luna simboliza el arte, el viaje psíquico, la conexión con la creatividad – la Fertilidad que va más allá de la muerte-vida-muerte en el círculo sagrado a la eternidad. El montaje busca rememorar e integrar una visión milenaria de los pueblos andinos de América del Sur en su adoración a los astros, guías de su destino, así como remarcar los lazos que existen a lo largo del territorio americano, unido por una misma cultura ancestral. Como parte de la producción del montaje se realizaron viajes hacia Templos de la Luna, visitando tres sitios arqueológicos prehispánicos en Perú y Argentina, buscando unificar a partir de Rituales Contemporáneos, las energías de estos centros de poder. Y termina: «Lunarios es una experiencia de arte transformador, un viaje a la Luna, en donde la peregrinación, los cantos, las ofrendas, la danza y actos psicomágicos han sido estaciones en nuestro calendario. Dedicado a los seres de la noche. Alunación.»
En Cusco, Perú, las funciones serán el jueves 03, viernes 04 y sábado 05 de septiembre 2015 a las 07:30 pm en el fabuloso Convento Santo Domingo – Qorikancha Cusco (Plazoleta de Santo Domingo s/n).
En Buenos Aires, LUNARIOS se presentará el día sábado 19 de septiembre (a las 20 horas) y el domingo 20 de septiembre (a las 19 horas) en Espacio Utaki, en Garibaldi 1675, Boca CABA
Así como Lunarios, los proyectos de Augusto Navarro nacen de la curiosidad y búsqueda constante, de una inquietud permanente por descubrir y fusionar lenguajes, movimientos, significantes y significados, cada proyecto es en sí mismo un fin, un seguir ampliando el horizonte para Simbiontes y para el teatro alternativo latinoamericano, un montaje a la vez. Estoy segura de que seguiré escuchando de Augusto, de Simbiontes y de sus mil y un proyectos, felizmente esta vez la visita de Lunarios a Buenos Aires me permite seguir atenta a sus propuestas.
Las tres infaltables…
¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?
Creo que los legos, esos ladrillitos me permitían crear naves y castillos y viajar por horas.
¿Quién o qué te inspira?
Entre otros, el músico Nick Cave, la potencia que le imprime a su música es algo conmovedor para mi.
¿Qué desearías inspirar en/a los demás?
No lo sé.
Para conocer más acerca de los proyectos de Augusto Navarro y de Simbiontes, puedes visitar simbiontes.wordpress.com o www.youtube.com/user/Simbiontesaurio, o contactarlo en los teléfonos (51-84)246877 / (51)984683924 o al correo electrónico simbiontesperu@yahoo.es.
Todas las fotografías e información de proyectos fueron proporcionadas por Simbiontes para ilustrar la nota.