gente que me inspira

María Florencia Rey: Tenacidad a toda prueba

Posted on

De María Florencia Rey me inspira su TENACIDAD para seguir andando, para evolucionar y crecer.

A Flor la conocí hace algunos años, aunque en ese momento no pudimos cruzar muchas palabras. Yo estaba de visita en Lima y la fortuna quiso reunir a un grupo de compañeros de aquel restaurante en Cusco donde conocí gente maravillosa. Ella, por entonces, salía con Juan, gran amigo, y con quien años después empezaría una hermosa familia.

Pasó el tiempo y nos reencontramos en Buenos Aires, las dos casadas, embarazadas y a punto de dar a luz. Nuestras panzas inmensas no nos impidieron disfrutar de deliciosos tragos ante la mirada horrorizada de los que no sabían que en esos vasos sobraba el sabor, pero faltaba el alcohol. Desde entonces, cada reencuentro está lleno de aromas y sabores inigualables, y es que, cuando conoces a gente tan apasionada por la buena mesa como Flor y Juan (próximo visitante de este blog), no hay pierde.

Desde que la conocí me impresionó su profesionalismo y esa voluntad de hierro para continuar creciendo como profesional y como persona. Luego de muchos intentos fallidos logramos concretar esta entrevista que hace tanto quería hacerle; ahora, te invito a conocerla.

María Florencia Rey nació en Lobos, Provincia de Buenos Aires, y transita los 38 años con la soltura de quien ha vivido muchas vidas. Hoy vive en Lima, Perú. Llegó el 11 de abril de 2011 pensando en una corta estancia y ya lleva 8 años viviendo allí.

Su amor por lo culinario nació desde muy pequeña, cuando a sus 4 años trataba de meterse a la cocina para ayudar a su mamá o a su abuela, siempre ansiosa por participar de ese ritual familiar, de esa magia que solamente nace en la cocina familiar. Para cuando cumplió los 9 años, pasaba su tiempo mirando programas de cocina y decoración de tortas, y se empeñaba en poner algo de eso en práctica cuando su mamá le daba permiso los fines de semana. Flor confiesa que el amor por los aromas siempre estuvo allí, como parte de ella. Le encantaba el olor de la comida en preparación, los perfumes de su mamá, oler los vasos y copas y, por supuesto, el café.

Cuando en el 2000 se fue a estudiar a Buenos Aires, se inscribió en la carrera de nutrición de la UBA (Universidad de Buenos Aires) pero, apenas un año después, la curiosidad y las ganas de querer estudiar cocina empezaron a llenarle la cabeza y el corazón. Por entonces, la gastronomía se estaba poniendo de moda, y, para los padres de la época, podía parecer una opción poco viable y pasajera. Sus papás y su abuela se preocuparon mucho ¿qué iba a hacer una chica trabajando en gastronomía? ¿dónde iba a terminar sin una carrera universitaria? ¿qué pasaría con ella? Pero ella no se rindió.

Mientras estudiaba cocina tuvo uno de esos profesores que marcan la vida. Se trataba de Maco Lucioni, reconocido sommelier y periodista gastronómico, quien le acercó sus primeras nociones acerca de vinos de una manera tan clara e interesante, que de inmediato vio en las bebidas un mundo nuevo por descubrir. Él la llevó a participar de una Feria del Canal El Gourmet y durante 3 días tuvo la fortuna de asistir a las charlas que dictaban dos grandes autores sobre los vinos argentinos: Elisabeth Checa y Gustavo Precedo. Mientras ella servía los vinos que la gente cataba en esas charlas, empezó a darse cuenta de que eso la apasionaba.

Luego de un tiempo trabajando en cocina tuvo un alejamiento de la gastronomía, pero eso no duró mucho: cuando hay algo que te llena el alma tienes que perseguirlo hasta donde te lleve, y ella lo sabía muy bien. Luego de 6 años decidió retomar sus estudios y en el 2008 empezó a estudiar para Sommelier en la Escuela Argentina de Sommeliers, de donde se graduó luego de dos años de intenso aprendizaje. Ella dice que allí comenzó la gran aventura y pasión por el mundo líquido: vinos, espirituosas, té, café, siempre acompañados de la buena comida.

En el 2009 empezó a trabajar en la apertura del primer restaurante del afamado Chef peruano Gastón Acurio en Buenos Aires, el popular Astrid & Gastón. Allí, a lo largo de 2 años descubrió la riqueza de la gastronomía peruana y sin pensarlo mucho, empezó su aventura en el Perú.

Su idea original era pasar un breve tiempo aprendiendo acerca de la gastronomía peruana y sobre piscos, pero la vida tenía otros planes para ella. Empezó a trabajar en Mayta con Jaime Pesaque; luego tuvo un corto paso por Lima 27. Durante esos primeros años iba a trabajar a Punta del Este en Uruguay, donde Jaime tenía un proyecto llamado Nuna, y donde ella se encargaba de hacer la carta de vinos y se desempeñaba como Sommelier. En el 2013 empezó a trabajar en Central, donde aprendió muchísimo gracias al Wine Director, Greg Smith, y a sus dos grandes compañeros y amigos, Joseph y José Miguel. A fines del 2014 se lanza al desafío que le planteaba Maido, su trabajo hasta el día de hoy, y donde ella misma gestiona la cava y el servicio en el restaurante, un reto diario que ha sabido sortear y que ha dado frutos.

Le pido que me cuenta una anécdota y ella, generosa, me cuenta que, una noche, allá por 2017, estaba en una celebración en Maido porque habían sido galardonados con el primer puesto en el ranking de Restaurantes de Latinoamérica de 50 Best San Pellegrino Restaurants. Charlaba con su jefe, “Micha” y Juan, su esposo, cuando de pronto, Juan le dice a Micha que Flor tenía muchas ganas de algún día poder hacer un stage o práctica de servicio en uno de los mejores restaurantes del mundo, el “Celler de Can Roca” en Girona, España. Para ella era un sueño inalcanzable, pues el año anterior había nacido Juan Ignacio, su adorado pequeñito, y las posibilidades parecían muy lejanas. Cuando llegó el fin de año, Maido celebraba un año de éxitos con el premio que anualmente otorga a algunos de sus colaboradores… ¡Sorpresa!, los elegidos habían sido Flor y Juan. Lo imposible se había hecho realidad, y en febrero del 2018 armaron maletas y junto al pequeño Juani partieron a Girona, a cumplir uno de los mayores sueños de su vida profesional. Allí pudo aprender con uno de los maestros, uno de los Sommeliers que más admira, el gran Josep Roca (Pitu), quien con su generosidad y la de su equipo, cumplió un imposible a aquella chica que de nena se escabullía a la cocina y olfateaba las copas de “los grandes”.

Flor es incansable pensadora, siempre tratando de innovar en el trabajo, aprendiendo sin parar, haciendo pruebas y catando, investigando tendencias de vinos y planteando alternativas. Su curiosidad innata es potenciada por un jefe creativo y que permite nuevos desafíos, y, a pesar del poco tiempo que le dejan el trabajo y la maternidad, aprovecha para leer sobre vinos y estar siempre un paso adelante.

Cuando Flor empieza a hablar de lo que le gusta, su energía es intensa, es apasionada y su entusiasmo es contagioso. Es muy exigente consigo misma y con su equipo de trabajo, pendiente de la perfección, atenta al error, intentando ver a los clientes felices, “porque nosotros vendemos experiencias sensoriales y de sabor, donde es una gran puesta en escena y la gente tiene que pasarlo increíble, debemos cumplir sus expectativas y eso es lo que intentamos transmitirle al equipo de trabajo de Maido. Lo hago mucho con mi equipo de trabajo, es lindo incentivarlos a que amen lo que hacen ya que le dedicamos casi 10 horas al día y el restaurante termina siendo tu familia también. Soy muy agradecida de hacer lo que me gusta y por eso siempre quiero intentar transmitir mi pasión y profesionalismo con lo que hago en Maido.”

Flor quisiera seguir viajando y aprendiendo, y tiene la fortuna de compartir esas ganas con Juan, con quien sigue buscando oportunidades para crecer y aprender. Para ella, el valor del conocimiento nuevo es incalculable, estudió Protocolo y Ceremonial en Buenos Aires, también sobre el té, acerca de cómo administrar la barra de un bar y mucho más. Todo va sumando a ese bagaje de conocimientos y experiencias que espera capitalizar cuando en algún momento puedan desarrollar en familia ese proyecto que los hace sonreír en secreto. Estoy segura de que van a lograrlo y será excepcional. Me animo a preguntarle por lo que viene y con absoluta seguridad responde: “Mis próximos proyectos siempre van a estar relacionados a la comida y el vino, y desarrollarlos con Juan, mi esposo quien también es un apasionado y gran Maitre, ambos en la sala creo que logramos hacer un buen trabajo. Así que veremos qué nos depara el destino si abrir algo acá en Lima o por qué no, regresar a Argentina y poder hacer algo en Mendoza, en la tierra del vino.”

Esta talentosa Sommelier se considera exigente, leal, fiel a sus convicciones, defensora de las personas a las que quiere, guerrera y algo renegona. El tiempo y la experiencia le han enseñado que no todos tienen los mismos tiempos, que los demás no siempre actúan o piensan como uno, y que, por ello, hay que ser más tolerante. “Me cuesta mucho a pesar del tiempo que llevo viviendo en Lima, que mucha gente acá en Perú no se anima a decirte las cosas en la cara, nosotros los argentos somos tan directos y muchas veces no tenemos filtro”, comenta entre risas.

Espero con ansias el próximo reencuentro, mientras tanto, me conformo con aplaudir a la distancia cada nueva meta cumplida, ¡vamos Flor, que hay que comerse el mundo!

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido?

Mi juego de cocinita con sus ollas y utensilios, siempre amé la cocina de peque y en mi niñez antes de los 5 años amaba jugar a cocinar con tierra, hojas de las plantas, flores y arena; uno de los lindos recuerdos de poder vivir en una casa con patio en Lobos.

¿Quién o qué te inspira?

Por un lado, a mi mamá y mi abuela, dos personas a quienes quiero y admiro por la personalidad tenaz y dura que han tenido, que me han enseñado a ser una mujer fuerte y a perseguir lo que quiero a pesar de lo que te cueste. En lo profesional admiro a dos personas que tengo como ejemplos a seguir: Paz Levinson y Josep “Pitu” Roca, dos grandes sommeliers y personas que ejercen la profesión con humildad.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

El ser una persona de un gran carácter, que me ha servido para llegar hoy a donde estoy como profesional, el ser dura y estricta y mirar siempre para delante de una manera positiva e intentar verle el lado bueno a las cosas que te pasan, nunca permitirme caer, perseguir mis sueños a pesar de las dificultades que puedas tener en el camino.

Flor nos dice: «ESPERO A TODOS LOS QUE SE ANIMEN A VENIR A LIMA, A VISITAR MAIDO, DONDE TRABAJO COMO HEAD SOMMELIER Y QUE PUEDAN CONOCER Y DISFRUTAR DE LO QUE HAGO CON TANTA PASIÓN Y DEDICACIÓN»

Maximiliano Forte: Un viajero con mochila

Posted on

maxi2
Maxi por @mauriciocarballouy

De Maximiliano Forte me inspira su sencillez. Hay que ser humilde para aprender de nuevos lugares y su gente y este joven viajero lo sabe bien. Además de abrir la cabeza y el corazón para llenarse de experiencias, tiene una habilidad muy particular para compartir con entusiasmo y buena onda todo tipo de consejos e historias; y nos invita a viajar con él y su mochila a cada nuevo destino.

La primera vez que escuché de él fue por un fotógrafo al que sigo hace mucho. La curiosidad me llevó a buscarlo en Instagram y desde entonces, fue un camino de ida.

Dicen que los viajes se viven tres veces: Cuando se sueñan, cuando se viven y cuando se recuerdan; y esto parece cobrar sentido cuando conoces a Maxi. Entre sus fotos de viajes pasados se filtra la nostalgia y el agradecimiento por lo vivido, por lo aprendido, y eso es algo maravilloso. No cualquiera puede llevarte de contrabando en la mochila como él, no es fácil contagiar las ganas de salir corriendo y dejarlo todo para seguir lo que tu corazón anhela.

Con la curiosidad de un niño y el asombro en la mirada, Maxi recorre pueblos y ciudades mochila al hombro y mate en mano. Lo acompañan la infaltable sonrisa y un par de legendarias zapatillas: “Soy Maximiliano y mi cédula de identidad dice que tengo 25 años, para mí que soy un alma vieja atrapada en un cuerpo joven. Nací en Montevideo, en una casita muy humilde, con suerte de tener una madraza de esas que se la juegan a por todas. Estudié muchas cosas y dejé sin terminar muchas otras: hice un año de facultad de Ciencias Sociales, otros años de profesorado de Historia y de Geografía; en la actualidad tengo muchas ganas de hacer filosofía, soy muchas cosas pero no soy nada.  Voy caminando, todavía no sé para dónde, o sí, pero el camino puede cambiar en cualquier momento, entonces se me hace muy, muy difícil contarte para donde voy. Aprendí a eso, a que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, que la vida es así y el mañana no es tan mañana, sólo importando lo que pasa hoy.” ¿De verdad tienes 25 años? Empiezo a creer que eso del alma vieja es cierto, porque solamente el tiempo y la experiencia nos hacen comprender eso de NADA COMO EL AHORA. Y sigue: “Del mundo creo que el Ser Humano es un bicho raro enmarcado en tiempos donde a veces nos olvidamos de ser eso, Humanos, mientras que sólo nos acordamos de la parte de bichos. Y bichos, no despectivamente, o sí, quizás un poco. Nos hacemos problemas por cosas tan simples que nos hacen olvidar a qué venimos realmente, ¿no? A ser felices.”

maxi4

Maxi es un soñador y a pesar de todo, sigue andando: “a veces estoy tan arriba que me hace falta algo o alguien que me baje un poco a tierra, aunque en el transcurso de mi vida he sabido estar tanto en el cielo como en el suelo, pero soñando igual, atontado por tantos puñetazos que me ha dado la vida, sigo ahí…caminando de a poquito.”

Pero ¿cómo empezó todo? Pues un día, asfixiado por una vida que no quería tener, encerrado por horas haciendo un trabajo mecánico en el que pensar era casi innecesario, decidió armar la mochila. Estaba harto de ver el mundo pasar desde esa cápsula en la que se sentía atrapado y decidió salir, a pesar de las advertencias de algunos acerca de lo terrible que era el mundo fuera. “¿Cómo vas a renunciar al trabajo? ¡Estás loco! Sí, renuncié y me fui.” Las palabras de Maxi me recuerdan tantos momentos de mi vida, en los que tomar la decisión más fácil era la comodidad de quedarse; contra viento y marea, críticas y burlas, armé maletas y me fui. “La verdad es que entiendo las preocupaciones de mi entorno, porque si no lo hiciera sería muy egoísta de mi parte. Y yo me fui, renuncié para hacer mi primer viaje, al altiplano.  Más no me arrepiento de las decisiones tomadas y los caminos recorridos porque he aprendido un montonazo estando fuera y también estando dentro. El camino costó y no fue fácil recorrerlo, muchas puertas se cierran mientras que otras se abren, pero uno siempre ahí, porfiado, con ganas de seguir apostando a lo que nos hace felices: ¡siempre hay que apostar por eso!”

Perú y Bolivia le enseñaron que podía ver más allá de los prejuicios y encontrar gente buena y dispuesta a ayudar. De ese viaje volvió diferente, con hambre de más, y desde entonces busca la manera de seguir. Los viajes por el interior de Uruguay y Argentina solamente alimentaron las ganas hasta que finalmente llegó a Chile. Volvió a comprobar que lo que hace los viajes tan especiales es la gente que se conoce en el camino. Viajar fue entonces la mejor escuela… “fue comenzar a conocerme, a medir mis capacidades y a entender que puedo realizar lo que me propongo: comprender que mis limitaciones eran mentales y venían acompañadas de miedos que tenía que vencer, que tengo que vencer.” Para Maxi la felicidad es la libertad; no necesita de mucho, pero no pueden faltar la mochila, el cuaderno y la cámara. La fotografía lo atrapó cuando la descubrió como herramienta para comunicar y compartir en el blog, que comenzó llamándose “CON MOCHILA” para luego mutar, y ser “Viajero con Mochila”.  Las fotos y las palabras se complementan para expresar su modo de ver al mundo.

maxi3

Entonces, le pregunto sobre cómo decide a qué destino seguir: “Es una buena pregunta, si me pongo a analizar mi recorrido hasta hoy, creo que tengo pasión por las montañas y los puertos. No sé, es una atracción hacia esos sitios que aún no he logrado descifrar. Algunas cosas suelo planificar, pero también depende del viaje: si será un viaje largo, planifico menos y si el tiempo está contado intento llevar todo más armado. Intento encontrar lugares donde sienta que pueda estar cómodo y que tengan cosas para enseñarme.” Creo que voy entendiendo por qué me enganchó tanto su cuenta, a mi también me llama la montaña, cuando paso mucho tiempo lejos es como si empezara a marchitarme, es algo difícil de explicar, pero veo que no soy la única que siente el llamado de los Apus.

Me atrevo a preguntar cuál es lugar más impactante que conoció hasta ahora y sin dudar responde que Potosí. «Me gusta mucho la historia y allí la encuentro viva, entre su Cerro Rico y su gente, su altura que sofoca mientras masco coca. De verdad es un lugar que recomiendo para conocer Latinoamérica en serio, ahí desde adentro.” Sigo preguntando, esta vez por uno de sus lugares recurrentes: Cabo Polonio. “El Cabo Polonio fue una especie de faro en mi vida, que supo levantarme cuando yo estaba muy abajo, ese lugar que al menos todos, una vez en la vida supimos estar. El lugar apareció y las estrellas se encendieron, me sanaron mucho y desde ahí comencé a querer compartirlo con todas y todos. Creo que es mágico, y sana mucho.” Listo, tomo nota, Cabo Polonio entra a mi lista de lugares mágicos.

maxi9

Pasaron ya dos años desde que empezó su aventura, y en el camino ha descubierto otras cosas sobre sí mismo: “Viajar me ha despertado cosas que no sabía que las tenía: me apasiona llegar y comenzar a probar comida característica de los lugares para después venir y cocinar en casa, o hacer el intento (preguntarle a mi vieja de la sopas altiplánicas que supe cocinar hace un tiempo jaja)”, y es que, viajar es abrir una puerta para salir de casa y conocer el mundo de afuera y el de adentro.

Maxi escribe cuando viaja y así, naturalmente, empezó la construcción de Micromundos. ¿Cómo va el libro? – le pregunto… “El libro va bien… es muy difícil escribir, uno tiene que estar inspirado y también buscándole la vuelta para no escribir por escribir, ¿no? A veces las ganas están, pero la inspiración no llega, aunque cuando viajo, siento que se hace todo más fácil para contar a través de las palabras. Eso me gusta, estar viajando y escribiendo. Será un libro de textos, historias, algo de poesía y cuentos de estos años recorridos en Latinoamérica y lo voy a terminar con textos que escribiré en Asia, en la India.”

maxi7 ver fotografo
Maxi por @santi_cabral

Aunque reconoce que las redes sociales lo han ayudado mucho a crecer y a moverse por el mundo de los viajes, admite que le ha llevado muchísimo trabajo, muchas puertas quedaron cerradas y no ha faltado una buena cuota de desilusión. A pesar de todo, sigue trabajando por su sueño de poder vivir viajando, de convertirlo en un medio de vida y jamás dejar de hacer lo que tanto le gusta. El mundo virtual, paradójicamente, le ha dado más de lo que esperaba en el plano humano, “me he nutrido de historias increíbles, de gente con mucha magia. Se han puesto en mi camino para compartir y abrirse de tal forma que uno sentía que nos conocíamos de hace mucho tiempo. Por suerte, las personas que he conocido son extremadamente maravillosas, y eso es lo que tengo que agradecer al blog.”

Para este joven extraordinario, la familia es un ancla importante: “Mi familia supo estar siempre, mis hermanos, mi vieja y mi abuela fueron los que estuvieron ahí cuando yo estuve arañando el suelo. Los que me dieron para adelante en lo que pensaba, y los que creyeron en mí cuando nadie creía. Yo pude seguir adelante gracias a ellos y su apoyo, porque en esas circunstancias yo no creía ni en mí mismo.” Y esto es algo común de lo que hubiera imaginado entre los viajeros que he entrevistado en el pasado: los lazos familiares y sus vínculos de amistad son sólidos, un puerto seguro al cual volver luego de cada aventura.

Maxi tiene planes de viajar lejos, y aunque se confiesa muy malo con los idiomas, sabe que hay lenguajes universales y eso facilita el entendimiento. Viaja con seguro médico y en vez de cargar dinero, usa una tarjeta prepaga para ir debitando y estar más seguro (tomo nota). Este año promete llenar de huecos sus las zapatillas y su mochila de experiencias; seguirá con sus excursiones al Polonio en Uruguay; en octubre se va para el Cusco, en Perú, con un grupo que está armando, donde pueden acompañarlo personas de todos lados; y, a fin de año, se viene el gran viaje por Asia.

Maxi, viajero con mochila, me enseña lo mismo que aprendió en sus viajes, a confiar en uno mismo y en los demás, a perder muchos miedos ajenos y a creer: “Crean, sueñen, trabajen mucho para conseguir sus metas, golpeen muchas puertas y que no les de vergüenza”, nos dice, y vaya que podemos aplicar el consejo en más de un ámbito de la vida, ¿no?

No sé ustedes, pero me dieron ganas de desempolvar la mochila y llenar otra vez de huecos las zapatillas; como por ahora no pueda hacerlo, seguiré los pasos de Maxi, allí por el mundo, aunque sea el virtual.

maxi5

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido?

Un peluche de lana que me trajeron de Australia. No sé porque me gustaba, creo que era porque era sencillo.

¿Quién o qué te inspira?

Me inspira mi vieja porque es una luchadora nata, y también, desde su sencillez, me inspira Pepe Mujica.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

¡Que pregunta más difícil!  El valor a vencer algunos miedos, a confiar y a creer en los demás.

Si quieres seguir a Maxi en sus aventuras y Micromundos, visita su cuenta de Instagram; su fanpage de Facebook y por supuesto su blog, donde podrás leer más sobre sus viajes.

Marcelo Moscoso Pantoja: Educando para el futuro

Posted on

De Marcelo Moscoso Pantoja me inspira su COMPROMISO CON LA EDUCACIÓN MEDIOAMBIENTAL.

Mi primer contacto con Marcelo fue hace casi una década. Mientras preparaba mi tesis de grado empecé mis pininos con el boom de aquél entonces: un blog. Hacía ya buen tiempo que me interesaba el tema del medio ambiente y luego de defender mi tesis sentí la necesidad de iniciar un blog relacionado con el tema; pero desde una perspectiva muy didáctica, con información clara a la que pudieran acceder tanto adultos como niños, y que tuviera más puntos positivos que negativos. En mi búsqueda constante de buenos contenidos y fuentes fidedignas fue que encontré a Natura – Medio Ambiental.

Natura – Medio Ambiental tenía miles de seguidores y en aquel momento replicaba noticias y artículos relacionados con la contaminación, cuidado de recursos, flora y fauna, energías limpias, cambio climático y mucho más. Con el tiempo se fue convirtiendo en un espacio de divulgación de tono más científico, con artículos de creación propia y participaciones de académicos y otros interesados en la educación medioambiental.

Luego de varios años de intercambiar información, participaciones en publicaciones y a pesar de las dificultades, pudimos conocernos cara a cara en una de sus visitas a Buenos Aires. Nos quedamos horas hablando de la decena de libros que acababa de comprar y de otros tantos que había terminado de leer, de todo el trabajo que queda por hacer, de la sociedad que no reacciona, de nuestros hijos, de nuestro hermoso planeta herido. En su última visita a la ciudad pude convencerlo de darme una entrevista, pues desde hace mucho es una gran inspiración en uno de los ámbitos que más me interesa.

Marcelo es de Tarija, una bella ciudad al sur de Bolivia que colinda con la Argentina. Hoy, a sus 42 años, recuerda su paso por el Colegio San Ignacio de Loyola, y su lema “Ser para los demás”, como una marca que de alguna manera ha guiado su camino. Obtuvo la Licenciatura en Ingeniería Agronómica en la Escuela Militar de Ingeniería en la ciudad de La Paz, pues en aquella época no existían aún carreras como la de ingeniería ambiental. Pero esto no lo detuvo y siguió estudiando y capacitándose, haciendo varias maestrías, especialidades, diplomados y cursos con base en el tema ambiental.

Hace mucho que trabaja como consultor ambiental, y como toda actividad independiente, la estabilidad laboral es un reto, pero uno que no ha podido detenerlo. Él describe la situación como mirar un electrocardiograma, con picos y valles, pero finalmente se sigue para adelante. Tuvo la oportunidad de estudiar en España, Israel, Egipto y Argentina, y asegura haber aprendido que “el mundo no se termina donde se termina tu mirada”.

Su pasión por los temas ambientales lo ha llevado al campo de la educación y difusión, primero a través de medios virtuales y redes sociales (Web, Twitter , InstagramFacebook) y finalmente a las aulas. Su nueva faceta de docente universitario le gusta mucho, pues lo obliga a estar siempre actualizado y a comprometerse con una educación de calidad que siembre en las nuevas generaciones la preocupación por el cuidado del planeta y sus recursos.

Poco a poco se ha ido especializando en la rama de Cambio Climático y confía en poder aportar desde su lugar a su cada vez más extensa red de seguidores virtuales y a sus alumnos.

Uno de sus mayores temores es convivir con una sociedad impasible, indolente y totalmente ajena a lo que le está sucediendo al planeta. “Tenemos un río, ya casi no tiene agua por la degradación ambiental, pero ¿hay voluntad civil por hacer algo? ¿tiene intenciones este gobierno, el más depredador de la historia, por defender a la “madre Tierra” que tanto la menta y citan en discurso que tiene? ¡No!” – me dice entre enojado y desilusionado.

Cuando le pregunto cómo se interesó por el medio ambiente y cómo pasó luego a ámbitos como la comunicación y la educación, confiesa con una sonrisa que quería ser piloto; pero luego con seriedad hace referencia a la máxima de Sartre, «la felicidad no es hacer lo que quieres sino querer lo que haces». Y continúa: “Vivimos encadenados unos al otro, somos un eslabón que se une con otro. Si sé sobre un tema, poco o mucho y que pueda favorecer a todos, es menester salir de los libros, del aula, del estudio hacia la sociedad. La idea es fortalecer esos eslabones que nos unen para reforzarlos ante los embates de la corrupción, el no “importismo” del tema, al pensamiento egoísta de que el hoy me interesa y el mañana será problema para los que vienen. La educación es el arma más poderosa que existe, sea formal como en una universidad o informal como en una reunión en cualquier lugar, todo suma. Si no comunicas lo que aprendes ¿cómo aplicarlo?”

Cada uno de sus proyectos nace de quienes lo hacen responsable de la planificación y seguimiento de cada uno, se trate de un puente, un camino, una bodega, etc. Y son más atractivos en la medida en que el componente socioeconómico es mayor, pues le da la oportunidad de enfocarse en el factor ambiental y trabajar en sus diferentes interacciones, aportando su conocimiento y experiencia en el campo para encontrar soluciones que beneficien a la sociedad y al medio ambiente.

Marcelo me cuenta que su mayor reto profesional fue trabajar por casi tres años en la evaluación ambiental de un proyecto inmenso en una zona delicada, en el que, junto a sus colegas, pudo cumplir con lo requerido, pero que a la larga lo impulsó a cambiar de rubro.

A Marcelo lo han tildado de “Quijote Ambiental” y se frustra al sentir que no puede cambiar al sistema que considera “corrupto, vil y mediocre”. Pero, aunque eso le moleste y lo haya obligado a idealizar menos su cruzada por el medio ambiente, no le ha quitado el motor y sigue para adelante, aprendiendo y difundiendo con generosidad sus conocimientos; y eso no pasa desapercibido, pues cada vez son más los que notan en él esa chispa que enciende en los demás la curiosidad por aprender más, la preocupación y las ganas de tomar acción para lograr un mundo mejor. Aunque es increíblemente exigente con sus alumnos y muy duro con sus críticas a los gobernantes y sociedades por su desidia en el tema, confía en poder sembrar en los demás es a locura por preservar el mundo en el que vivimos.

Cuando hablamos de sus motivaciones para seguir aprendiendo y difundiendo, Marcelo recuerda que es un hábito familiar, “siempre los veía con un libro, eso influyó positivamente porque soy adicto a la lectura, tanto a las novelas como a las de mi rama académica. Te doy un ejemplo: ¿Acudirías a un cirujano que lo último que leyó fue su trabajo de graduación y nada más? Hay una cierta pizca de exageración, pero pizca, ojo. El conocimiento si no sale de tu biblioteca o de tu persona es egoísta e inútil. Hay que predicar con los hechos y siempre humilde para aprender de todos.”

 Aunque sus proyectos no lo han llevado aún a trabajar de la mano con pueblos originarios, sí ha podido involucrarse con personas del campo a quienes considera tienen el real conocimiento: Ellos tienen el conocimiento real y nosotros venimos a ser su complemento. Ellos son quienes nos dan de comer, quienes nos visten, quienes son los cuidadores del patrimonio natural, nosotros, los de la ciudad, somos los que nos olvidamos de ellos o los que les regateamos centavos por una lechuga que con tanto sacrificio fue producida. Es patética la sociedad plástica donde tenemos que digerir tanta fotografía superflua, pero en la intimidad somos miserables al grado de maltratar y regatear al más necesitado. Falta equidad, respeto, es una farsa lo que vivimos y egoísmo más prepotencia son dos variables muy peligrosas.”

Mientras se acaban los cafés, Marcelo recuerda a un profesor que tuvo en Israel. Acababan de aprender muchísimo y querían poner en práctica todo lo aprendido, pero el profesor los detuvo y les dijo: “No adopten lo que vieron aquí sino adapten a su realidad los que más rescataron de este país”. Eso le dejó grabado algo muy simple pero que solemos perder de vista cuando miramos modelos externos: Hay que poner en práctica cualquier emprendimiento en el contexto real, lo que idealizamos o añoramos puede no funcionar de la misma manera.

Marcelo gusta de trabajar solo pero rodeado de gente, mientras observa a los demás trabajar, reír, hablar, él se concentra en los proyectos y lo que parece ser un descanso, se convierte en un momento productivo. Se describe como apático para las fiestas, hiperactivo, y en su burbuja sin prestar atención al qué dirán. Adora la tertulia con personas que le resulten interesantes y siempre con un buen café de por medio.

Va acabando nuestra charla, y entre risas vamos matando la angustia por el planeta que les va a tocar a nuestros hijos pequeños, “hay que ponernos las pilas, hermana, tenemos que hacer algo por estos chiquitos”, me dice, y nada más cierto. Cerramos nuestro encuentro, demasiado breve pero siempre interesante, con un fuerte abrazo y la promesa de seguir compartiendo desde nuestro lugar, aprendiendo y difundiendo cada día, aunque el reto parezca imposible.

Hasta la próxima, querido amigo.

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido?

La pantera rosa, supongo porque fue dormí con el peluche desde bebé.

¿Quién o qué te inspira?

Me inspira la competencia sana por sobresalir en mi rubro académico y laboral, no lo tomo por ego sino por desafío a que debemos mejorar cada día algo.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

 El amor por los libros. La educación es el futuro. ¿No crees que para salir de la pobreza hay que salir de la ignorancia?

 

Si te interesa seguir el trabajo de Marcelo, puedes visitar su página Natura – Medio Ambiental; encontrarlo en Twitter @naturaambiental y en Facebook. Hace pocos días abrió una cuenta en Instagram como @patriciomarcelo_mp. Se encuentra a disposición para cualquier emprendimiento ambiental o difusión de temas afines. Puedes contactarlo escribiendo a jrial.chaco@gmail.com

Andrea Martens: Camino a la felicidad

Posted on Actualizado enn

De Andrea Martens me inspira su ENTUSIASMO y el CORAJE de animarse a hacer lo que ama a pesar de la incertidumbre.

Conocí a Andrea por una publicación de Arturo Bullard, fotógrafo y viajero peruano a quien sigo en redes hace ya un tiempo. Arturo presentaba a Andrea como la única peruana que había pasado la selección para CEO Cancún, un trabajo soñado en el que el ganador se convertiría en un promotor de experiencias en esa hermosa playa. Vi el video de Andrea entre los 50 que quedaron luego de los primeros 6 mil y de inmediato me llamó la atención su carisma y entusiasmo. Empecé a seguirla en redes y a intercambiar algunos mensajes, y la verdad es que me encantó poder conocerla un poco más.Cuando le pregunté si se animaba a una entrevista estaba en Vietnam con su hermana, que había ido a visitarla, y para cuando pudo responder ya había llegado a Australia. Y es que así es Andrea, una nómada, viajera incansable, coleccionista de experiencias y entusiasta al compartir lo que va aprendiendo.

Andrea trabajó por años en corporaciones importantes (IBM, Loreal, P&G) hasta que decidió que su felicidad estaba en otro lugar y decidió salir a buscarla con la mochila al hombro. Se fue a África con la idea de pasar dos meses sin saber que su nueva vida arrancaba con ese viaje. Pasaron ya más de dos años y, en su búsqueda de ser feliz y hacer lo que le llena el alma, ha pisado lugares que la gran mayoría de nosotros vemos solamente por la tele y en revistas de viaje: Indonesia, Nueva Zelanda, Australia, Tailandia, Myanmar, Vietnam… y la lista se incrementa de a pocos.

Muchos se preguntarán cómo puede costear este tipo de vida, y la verdad es que no es fácil, hay que ser ahorrador y disciplinado y animarse a trabajar de lo más inesperado. Ella ha tenido que hacer de todo, desde trabajar en una línea de producción acomodando ostras hasta lijar veleros, pasando por limpiar hostels o vendiendo en alguna tienda. Ha vivido en un auto y en un velero. ¡Caracho!, hay que tener coraje para lanzarse a la aventura y animarse a aceptar que lo que amas está fuera de cuatro paredes grises y un cheque a fin de mes.

Con este viaje busco encontrar mi propia felicidad. Soy mucho más feliz ahora que vivo viajando, descubriendo países y conociendo a gente inspiradora, de lo que era antes cuando priorizaba la seguridad y estabilidad económica, pero todavía me falta mucho. Me falta encontrar esa combinación perfecta, que mi hermana una vez me compartió, y es algo que los japoneses llaman Ikigai, donde se une lo que te apasiona hacer, lo que eres buena, lo que te genera un ingreso y lo que tiene un impacto positivo en el mundo” – me cuenta.

Mientras eso sucede, su meta es compartir con los demás lo que está viviendo, demostrando que se puede ser feliz de muchas maneras y que el éxito no depende de la cantidad de ceros en un cheque o íntegramente del desarrollo profesional. Como dice, siempre franca y directa: “Como muchas cosas, cuando haces algo diferente, tiene muchos momentos difíciles, retadores y solitarios, pero al final, vale la pena.”

Al preguntarle sobre cómo se animó a armar la mochila y cambiar de vida, me dice: Finalmente acepté que la vida que llevaba no me hacía feliz. A pesar de que tenía todo el checklist encaminado (Ingeniería Industrial, empresas multinacionales, marketing en los head quarters de Latino América) yo no estaba nada contenta, y lo peor era que no entendía por qué. El problema era, y casi que me da vergüenza decirlo, que a mis 25 añazos, no me había preguntado realmente, qué es lo que me hacía a MI, Andrea, feliz. Y fue ahí, en un día de lluvia en mi super oficina en Panamá, donde nació mi ahora adorada lista: ¡Las 5 cosas que más me gustan hacer en esta vida! Y son: Viajar, Hacer deportes de aventura, Nadar en el mar, Bailar y Conocer gente nueva. Me di cuenta inmediatamente que por los últimos 3 años solo había hecho 2 de 5, y no muy frecuentemente. Voilá! ¿Cómo iba a ser feliz si nunca hacía las cosas que me hacían feliz? Algo tenía que cambiar. Es interesante hacer esta lista, de vez en cuando les pregunto a mis amigos viajeros que la hagan y la mayoría, al igual que yo, se sorprenden al darse cuenta que nunca se lo habían preguntado antes. Las reacciones son siempre positivas, algunos gratamente sorprendidos, confirmando que están muy bien encaminados haciendo por lo menos 4 de 5 frecuentemente, y otros se quedan muy pensativos, dándose cuenta por qué quizás últimamente han tenido un sentimiento de insatisfacción. De vez en cuando reviso mi lista y si llevo un par de meses sin hacer la mayoría de los puntos, entonces sé que algo tiene que cambiar.”

La verdad es que leí esa lista en sus redes justo antes de que Andrea cumpliera los 30 años, y me movió tanto que escribí sobre ello aquí . ¿Tú te hiciste alguna vez esa pregunta?

Andrea tiene cientos de anécdotas de todo tipo, desde aquella en la que la hiena que casi se roba la comida en el Cráter Ngorongoro en Tanzania hasta despertarse a media noche con lo que pensaron era un perro y enterarse a la mañana siguiente que era un leopardo husmeando por el campamento asentado en una formación de granito de más de 700 millones de años en el desierto de Spitzkoppe, Namibia. Confiesa haber completado los deportes de aventura que quería hacer antes de cumplir 30 (paracaidismo en Namibia, bungee de 111 metros en Zambia y, el que hasta el día de hoy más la ha asustado, canotaje en el río Zambeze donde las cataratas Victoria crean la mayor cortina de agua en la tierra) y ha volado en globo aerostático sobre el Serengueti, con una vista privilegiada de miles de animales, incluyendo la migración de un millón de Ñus en Tanzania, “donde te quedas boquiabierta de ver miles de miles de animales libres, salvajes, tratando de sobrevivir en este mundo y confirmas que El Rey León realmente existe”.

Esta intrépida viajera ha caminado sola por el desierto en busca de cebras, pero en lugar de eso se encontró con una docena de Orix… “son una especie de antílope, pero con cuernos rectos y puntiagudos de 2 metros con los cuales no te quieres encontrar, por lo que tuve que retroceder haciendo el Moonwalk de Michael Jackson porque lo peor con estos animales es que piensen que estás corriendo de ellos, así que tienes que retirarte como dice la canción, des-pa-cito.” No sé ustedes, pero me acabo de imaginar la escena y no puedo evitar reírme, y es que así es como ella cuenta habitualmente sus aventuras, con un gran sentido del humor y haciéndote sentir que eres uno de sus amigos de toda la vida siguiéndole los pasos por el mundo.

Sus viajes la llevan a vivir de todo, situaciones fantásticas, tremendas, impredecibles… Como aquél viaja a Sudáfrica en el que vio pingüinos, tiburones, leones, chitas, jirafas, elefantes y tuvo su peor accidente automovilístico cuando el auto quedó destruido al chocar con un Kudu (uno de los antílopes más altos del mundo con cuernos de 3 giros en espiral de 2 metros de largo) que atravesó en la carretera. Se confiesa enamorada de los animales del Okavango Delta de Botswana, donde durmió muy cerca de una manada de elefantes. Recuerda haber conocido uno de los países más pobres del planeta, Malawi, y darse cuenta de la poca importancia de las cosas materiales y el valor inmenso de una sonrisa.

¿Cómo decides un nuevo destino? – le pregunto – y con su ya habitual sencillez, me responde: En mi mente habían estado por años 3 destinos que mi “antiguo yo” estaba guardando para “cuando me retire y pueda realmente viajar”, estos eran: África, Nueva Zelanda y Nepal. Por eso Nueva Zelanda me pareció como el mejor paso a seguir luego de 4 meses en África y Nepal estaba en mi lista para inmediatamente después, pero una de las cosas que he aprendido en este viaje es que es mejor planear menos y escuchar más las recomendaciones de los demás viajeros y tu propio instinto. Así es como mi lista de destinos sigue creciendo, y sigo pateando Nepal para después, (¿porque no se va a mover no?), mientras me salen otras oportunidades en el camino como esta última de vivir en un bote.”

“Ya no hago planes – me dice – y pocas veces estoy segura de lo que voy a hacer el siguiente mes, como ahora, que le dije a mi lindísima madre por enésima vez que iba a visitar a Lima, pero salió otra vez algo bien chévere en este lado el mundo y quizás me quede otro ratito por aquí.”

Llega el momento de hablar sobre las redes sociales y Andrea es clara, para ella son una bendición y una maldición en simultáneo. Los primeros 4 meses de su viaje los hizo sin celular para poder alejarse de todo, es más, durante el primer año no publicó nada. Recién durante su segundo año de viaje se animó a compartir con el ánimo de llegar a gente que de otra manera no podría. Lo que más le gustan son los videos, pues le parecen la forma más personal de compartir cualquier mensaje.

A lo largo de este tiempo ha aprendido de todo… Ahora puedo decir que sé cocinar algo, hace 6 meses no sabía ni cómo hacer un plato, hoy tengo 4 bajo mi manga y sigo aprendiendo, ¡aunque por alguna razón el arroz no me sale por nada!”

De la experiencia que empezó a hacerla conocida en redes, la de CEO Cancún, quedó encantada. Quedó absolutamente sorprendida de la reacción de los peruanos, de cómo cuando un grupo de gente se junta con un fin común puedo hacer grandes cosas y llegar muy lejos. Se anotó por un amigo que le pasó un mail, pero nunca imaginó la increíble respuesta que tendría. La exposición la reconectó con gente de su infancia, amigos en todas partes del mundo y con gente que, como yo, se había visto inspirada por su historia.

¿Cuál ha sido el lugar más impactante que visitaste hasta ahora?, le pregunto, y la imagino sonriendo y gritando cuando leo su respuesta… AFRICA AFRICA AFRICA. No sé si fue porque fue el primer destino a donde fui en este viaje, donde por fin me sentí libre y donde empezó esta loca aventura, o porque realmente confirmé que todos venimos de ese hermoso continente. No por nada mis hermanas me decían Mowgli de chiquita, ¡yo creo que me cae a pelo! En África me sentía una más con los animales, los veía y entendía más ese pensamiento que había estado rondando mi cabeza por años: “nosotros vinimos al mundo a ser libres y felices”. El más retador probablemente fue Nueva Zelanda porque me metí en el mundo de las caminatas y le di duro a mis piernas y especialmente mis pantorrillas que hasta el día de hoy me piden chepi. Comencé a hacer caminatas de 5 días, de 120kms, en cuestas empinadas, en climas congelados, cargando 10ks y con poca comida. Cada caminata fue un reto diferente y valen la pena porque las vistas que te ofrece este país son impresionantes y no hay otra forma de ver lo que yo he visto si no es caminando. Corrección, el más retador sin duda fue la navegada. Primero la navegada de Nueva Zelanda a Niue, mi primera vez en mar abierto, y fue por 2 semanas, en un clima terrible, con 3 señores que casi no conocía y lo único que hacíamos era comer, dormir y estar alertas 6 horas al día para no chocar con otros barcos. Y el segundo fue regresando de Vanuatu a Australia, se dañó el piloto automático y fueron 4 días exhaustivos de navegar manualmente un bote de 18metros entre 2 personas”.

El viaje de Andrea ha sido un continuo aprendizaje, sobre sí misma, sobre sus límites, sobre sus anhelos. En este tiempo ha aprendido a navegar; a hacer larguísimas caminatas cargando más peso del que se creyó capaz; a manejar por el lado opuesto del camino; a revisar un carro minuciosamente “cual mecánico antes de comprarlo”; aprendió muchísimo sobre animales en África y si pudiera, regresaría a vivir con ellos un tiempo. Hizo paracaidismo 2 veces, una sobre los desiertos de Namibia y el otro sobre las montañas de Nueva Zelanda; voló en globo aerostático sobre una manada de Ñus en África y sobre 4,000 templos en Bagan, Myanmar; hizo bungee sobre las cataratas Victoria en Zambia. Ha nadado con delfines, tiburoncitos y serpientes; ha tenido accidentes de auto y de moto; hizo un roadtrip de 2 meses sola y le fascinó. Aprendió a tocar un poco la guitarra, algo de holandés y se prepara para aprender Kite surf.

Me cuenta que con el idioma no hay problema, que todos hablan inglés, y las pocas veces que no, en Asia, por ejemplo, con “mímicas todos los caminos llevan a Roma”.

Empezamos a hablar de cuestiones cotidianas y sale el tema del baño… “el baño, en Africa, siguiendo el espíritu aventurero, muchas veces es ¡en la naturaleza nomás! En los demás países no hay problema siempre hay baños públicos o en los restaurantes. En el bote había adentro felizmente, pero en mi primer bote no había puertas, ¡así que ahora considero la privacidad un lujo!”

Su próximo destino soñado es Nepal, el único pendiente de sus originales 3, pero quién sabe si antes se le cruza alguna otra oportunidad de seguir viviendo la vida a pleno. Quiere darse una vuelta por Sudamérica y a su lista se van sumando Sri Lanka, India, Islandia, Israel, Uganda, Bhutan, Filipinas y más.

Le pregunto cómo se describiría, cómo cree que la describiría la gente, y me dice:

“Yo me describiría como libre, alegre e inconformista (si es que existe esa palabra). Desde hace años una de las palabras que mi hermana usa para referirse a mi es #NoShame, porque hago cualquier cosa que la haga reír sin importar quien me esté viendo y me encanta ser así! Ahora soy libre, no solo físicamente, que me puedo mover de país y viajar y hacer de todo, pero mentalmente, libre de tener que hacer lo que alguien dice, si no pienso realmente que es lo que yo quiero hacer, qué es lo que me va a hacer feliz y a dónde voy a llegar con eso. Ya no tengo la presión de tener que tener una carrera para hacer millones y poder retirarme a los 60 para viajar, ¡porque ya lo estoy haciendo! Así que, si a los 60 tengo que quedarme trabajando, no la voy a pasar tan mal recordando que a los 30 hice lo que estoy haciendo. Mega inconformista, porque siempre quiero más, si antes era más plata o subir en el trabajo, ahora es más conocer, más disfrutar, más aventuras, más retos. Cuando viajo con alguien, siento que hago “trampa” por no estar haciéndolo sola, cuando estoy como ahora con un solaso de playa y yo sentada en la computadora pienso “como no estoy disfrutando en la playa”, cuando estoy viajando pienso “como extraño a mi gordabella” (perrito), y así es difícil ser realmente feliz, así que trato de entrenar mi mente, porque por lo menos voy en el 1er paso, la aceptación, sé que todo está en la mente y una vez que pueda controlar eso, estaré encaminada a ser más feliz. La gente me describiría, creo que en este momento, como un poco loca. La gente en Lima no está acostumbrada a este estilo de vida que estoy llevando y muchos me preguntan, ¿y después qué? Y cuando respondo, cuando venga llegue ese momento veremos, creen que estoy aún más loca. Otros piensan que es valiente, salir de los convencional y explorar otras alternativas. En general creo que me describirían como positiva y alegre, al fin y al cabo, lo que busco es estar feliz y la gente lo nota. También me describirían como ahorradora/roña, con poca paciencia y despeinada ;)”

Para Andrea, la mejor parte de viajar es la gente que conoces. Para ella, es la gente la que hace el viaje. Mucha gente a cruzado su camino y de cada una ha aprendido algo y la han transformado en quien es hoy, gente distinta y generosa con su conocimiento y su tiempo. Su consejo: “deja de mezclarte con gente igual a ti y atrévete a compartir con gente totalmente diferente.” Una de las cosas que más le gusta de las conversaciones con otros viajeros es la honestidad, y es que a veces conversar con un extraño nos hace más fácil desnudar el alma y hablar sin reparos a pesar del pasado

Me pregunto qué estará haciendo ahora, seguramente estará navegando o corriendo por la orilla de una soleada playa australiana, quién sabe y pronto la vida nos cruza en algún lugar del planeta. Espero para entonces haberme formado el hábito de hacer aquella lista y preguntarme siempre… ¿y, a ti, qué te hace feliz?

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido?

Ligas – siempre he sido activa y cualquier cosa que implique saltar, volar, sudar y caerte, me encanta. Jugaría ligas ahorita si tuviera.

¿Quién o qué te inspira?

Personas que realmente han encontrado su propia felicidad o que están en búsqueda de. Porque de eso es lo que se trata la vida al final ¿no? No de coleccionar cosas, ropa, plata, currículum, MBAs, nadie sabe si te mueres mañana o si vas a poder hacer ese viaje a África con el que tanto sueñas para cuando tengas 60. Hay que hacer lo que realmente nos hace feliz, como dice Warren buffet en esta frase que yo tenía en mi cuarto pegada sobre mi televisor, por 5 meses antes de renunciar: There comes a time when you ought to start doing what you want. Take a job that you love. You will jump out of bed in the morning. I think you are out of your mind if you keep taking jobs that you don’t like because you think it will look good on your resume. Isn’t that a little like saving up sex for your old age?”

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

  1. ¡Contagiar sonrisas! Me han dicho que mi sonrisa es contagiosa, y entonces ¿por qué no tratar de hacer sonreír a más personas? Hago cosas chiquitas desde sonreírle a extraños cuando estoy corriendo en las mañanas, y acariciar a cada perrito que se me cruza, hasta hacer videos donde transmito alegría y risas ¡así sea burlándome de mí misma!
  2. Buscar lo que realmente te hace feliz. Quiero motivar a la gente a que por lo menos empecemos con la pregunta más básica, ¿qué nos hace feliz?
  3. ¡Viajar! Y viajar a sitios distintos, con gente totalmente diferente, con culturas antiguas, con comida exótica o animales impresionantes. ¡Algo nuevo! No le veo tanto sentido ir cada julio a USA o diciembre a Europa. ¿Ya no hemos visto eso una y mil veces? ¿Qué tanta alegría te da comprar más cosas en Miami? Hay tanto que explorar en este mundo que me cuesta entender, si alguien tiene los medios para viajar, ¿por qué no conocer algo nuevo? Garantizo que cada vez que conoces algo nuevo, país-cultura-persona, creces como persona.

 

Si quieres saber más de Andrea Martens, puedes seguir su web Mowgli Travels, su página de Facebook, cuenta de Instagram o su canal de Youtube.

 

Gabriel Araujo: Curioso Explorador

Posted on Actualizado enn

De Gabriel Araujo Luna, «GABO», me inspiran su curiosidad e interés por aprender y enseñarnos algo nuevo cada día.

Si aun no lo conoces, te cuento un poco más… Gabo es un simpático niño peruano de solamente 7 años que desde hace ya casi 2, se animó casi como jugando a entrar al mundo virtual para compartir sus experiencias de viaje y otras aventuras que relata en vídeos, notas y fotografías en sus diferentes redes sociales.

Conozco a Gabo desde que estaba en la panza de su mamá, y aunque la distancia nos juega mal, es un placer ver cómo va creciendo y desarrollándose mientras hace algo que ha empezado a apasionarle. Él se describe como un niño divertido, al que le encanta jugar a la Play, con su primo y por supuesto, con su perro Luke.

La gran aventura de Gabo empezó cuando grabó un vídeo para LA YEMA DEL GUSTO – LYG, un diario digital que nació con la idea de difundir notas gastronómicas y que fue creciendo hasta incluir datos de viaje, cultura y diversos temas de estilo de vida. Su primera experiencia como vlogger fue un vídeo sobre «La Ruta Moche», en el que cuenta sobre su viaje al norte peruano, da algunos tips y nos enseña algunos lugares clave del destino. Su candidez al presentar la nota lo llevó a convertirse en un colaborador regular del diario digital y hoy se encarga de compartir con otros pequeños la sección para los más chicos.

Gracias a esta oportunidad, empezó a sentir curiosidad por otras actividades y quiso empezar a compartir con otros niños otro tipo de datos. De esta creciente curiosidad nació «Explorando con Gabo», un blog en el que comparte, además del tema viajero, todo tipo de cosas que le gustan, como eventos, juegos, pasatiempos, noticias y más. En este espacio que lleva menos de un año en línea, comparte vitrina con sus amigos y su primo, quienes, a modo de corresponsales, presentan temas de interés para otros niños. Así, encontramos a Rafaella Vidal, Diego Alonso Delgado, su querido primo Adrián Raygada y a Piero Nevado, quien participa del espacio MICROBAMBA en su fanpage de Facebook.

Para Gabo es divertidísimo poder hacer tantas cosas entretenidas y diferentes mientras comparte sus experiencias con una ternura y calidez que conmueven. En lo personal, me encanta que se aprenda los datos y que no sea perfecto… ¡que sea un niño real, tal y como son los niños!, y que diga con absoluta honestidad lo que le parece de cada experiencia. Impagable. Un poco de aire fresco en un mundo virtual de perfección y utilería calculadas al milímetro. Mientras conversa con gerentes de hoteles y renombrados chefs, sigue siendo un adorable niño pequeño.

Al preguntarle si nos contaba alguna anécdota, se ríe y orgulloso responde que, cuando visitó Legoland, apostó con su papá a que podía subirse a todos los juegos… ¡y le ganó! Me encanta que ese sea su tipo de anécdota, su tiempo compartido con gente que valora, con su familia y sus amigos, de experiencias que lo van enriqueciendo y que, a pesar de todo, en un mundo en el que los chicos están expuestos a contenidos inapropiados desde muy temprana edad, él mantenga su inocencia y siga ocupándose de disfrutar la vida, aprendiendo de otras realidades y conociendo más sobre su país y el mundo.

A través de sus cuentas en las diferentes redes sociales, Gabo comparte datos históricos, pasatiempos, actividades, tips de viaje, noticias, campañas solidarias, curiosidades, datos de gastronomía, turismo y entretenimiento en general. Su candidez y carisma han empezado a ganarle, lento pero seguro, una creciente base de seguidores, en su mayoría padres que buscan datos para sus hijos y comparten con ellos sus variadas publicaciones. En poco menos de un año, su blog cuenta con más de 1000 vistas, su canal de youtube tiene más de 70 suscriptores, su cuenta @explorandocongabo de Instagram alcanza más de 700 seguidores y su fanpage de Facebook la nada despreciable cifra de más de 4200 seguidores.

A primera vista podría parecer poco, pero, francamente, me parece toda una hazaña el hecho de que además del contenido netamente informativo, el resto de lo que publica es contenido original, sano, real y no se sirve de contenidos virales ajenos, escandalosos o engañosos para atraer visitantes a sus cuentas. Gabo es simplemente un niño al que le gusta explorar, al que le apasiona aprender y compartir lo que va aprendiendo con los demás. Y eso no es poca cosa, y por eso, me inspira.

Una de sus grandes inspiraciones es el popular influencer viajero Alan Estrada. Desde que vio sus contenidos en Alan x el Mundo no deja de hablar de él y trata de seguir sus consejos y tips. Es más, cuando le pregunté cómo nació su popular prueba de la cama (cuando Gabo llega a algún hospedaje turístico siempre se lanza de panza sobre la cama para probar el colchón) me cuenta que fue por Alan. Sé que ha tratado (a través de sus papás y algunos otros amigos) de llegar al popular joven viajero, pero no ha tenido éxito (vamos Alan, dale una alegría a uno de tus pequeños mayores fans, dí que sí), y creo que seguramente logrará su sueño de conocerlo y ser un famoso vlogger como él 😉

Antes de iniciar una aventura Gabo investiga sobre los lugares que conocerá, planeando primero las rutas y luego sus actividades y experiencias preferidas. Le encanta viajar y se divierte al máximo cada vez que le toca armar la mochila.

Su viaje preferido al extranjero fue coronado por la visita a Legoland, «me gustó mucho aunque no logré que mi mamá se subiera a las montañas rusas» – me dice divertido. El viaje que más ha disfrutado en el Perú, hasta ahora fue el que hizo al norte, a Lambayeque, y su experiencia aprendiendo del Señor de Sipán (pero yo creo que lo que más le gustó fue comer el famoso arroz con pato). Me cuenta que si pudiera elegir, le gustaría viajar a España y a Reino Unido, y estoy segura de que lo logrará (ojalá muy pronto)

«¿A quién entrevistarías si tuvieras la oportunidad?» – le pregunto intrigada – «¡A PAOLO GUERRERO!», responde sin ninguna duda.

Desde que Gabo empezó su aventura virtual, sus papás han notado diferentes cambios en él; se muestra más desenvuelto, escribe con mayor soltura, tiene un creciente interés por otros idiomas y se atreve a hacer cosas diferentes cuando viaja.

Si te preguntas cómo puede ser que un niño tan pequeño pueda tener tanta exposición en internet, ¡no sufras!, sus papás pensaron mucho en eso y consultaron a dos especialistas en redes sociales que les dio pautas para Gabo y para cualquier otro niño que quiera tener presencia en redes sociales; pautas que generosamente comparten con nosotros: Los niños no deben contestar directamente mensajes recibidos en casillas privadas; los padres filtran todos los comentarios para su aprobación; la información, notas de prensa y contenidos que Gabo recibe para difundir pasa siempre por el control parental y siguen la regla de jamás reproducir ni generar contenido que en otras circunstancias no permitirían acceder a Gabo, cuidando de esa manera el contenido que se difunde a otros niños. Un tema particular es el hacer notar que el niño no «navega solo», sino que está acompañado de sus padres o de una entidad, como en el caso de Gabo, el diario digital La Yema del Gusto. Algo para considerar en estos tiempos locos ¿no?

Me pregunto cuál será la siguiente aventura de Gabo… pero de lo que sí estoy segura es de que seguiré siendo su fan, aprendiendo con él de cada una de sus experiencias.

Las tres infaltables:

¿Cuál es tu juego o juguete preferido?

Jugar con la Play Station 4 y salir a jugar con mis amigos y mi primo.

¿Quién o qué te inspira?

Mi mayor inspiración es Alan x el Mundo, desde que lo vi he querido conocerlo. 

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Creo que podría inspirar a otros niños a hacer lo que les gusta, enseñándoles otros lugares y cosas divertidas.

 

Si te interesasaber más de Gabriel Araujo, sigue su blog EXPLORANDO CON GABO, su fanpage de Facebook, su cuenta en Instagram @explorandocongabo, su canal de Youtube, o sigue sus notas en La Yema del Gusto.

Erika Pomareda: Entusiasmo contagioso

Posted on Actualizado enn

De Erika Pomareda me inspira su entusiasmo contagioso por compartir lo que la apasiona.

Supe de Eka por la recomendación de una querida amiga que me etiquetó en un video que vio en Facebook. Se trataba del video introductorio de «Mami Cuéntame un Cuento«, un blog que Eka acababa de lanzar, dedicado a la promoción de la lectura infantil. Me encantó. Aunque Eka se veía muy nerviosa, su entusiasmo y naturalidad me convirtieron en seguidora incondicional y de su bandera «más libros, menos tele».

Peruana, comunicadora de profesión, fotógrafa y docente en la Universidad de Lima (donde enseña técnicas de video); tiene junto con su esposo una productora audiovisual, ISKAY, que le permite pasar mucho tiempo con la familia, aunque sea complicado encarar los retos propios del trabajo independiente. Pero lo que ella cree que la define mejor, es su rol de mamá. Describe a Valentina, de 4 años, y a Cristóbal, de 1, como «dos enanos que derriten su corazón». Confiesa que su mayor anhelo es lograr que sus hijos sean buenas personas y en eso pone todas sus fuerzas. En su búsqueda por darles siempre lo mejor, descubrió el mundo maravilloso de los libros para niños y se enamoró. Todo empezó con Valentina, pero la llegada del travieso Cristóbal no hizo más que profundizar el amor que siente por las historias e ilustraciones que la dejan siempre encantada.

Empezó el blog cuando su esposo le dijo que tenía que hacer algo con toda esa pila de libros que le habían ido comprando a Valentina, y la terminó de convencer cuando le prometió hacer un nuevo librero si se animaba… ¿quién tiene ahora una nueva y renovada biblioteca?… Fuera de bromas, Eka había notado con otro grupo de mamás, la falta de información que había en su entorno inmediato, e incluso en las mismas librerías acerca de la gran diversidad de material infantil. Constantemente los vendedores ofrecían títulos de dibujos animados y franquicias como Disney, cuando sus estanterías rebalsaban de verdaderas obras de arte. Desde que descubrió esos tesoros se puso como meta compartir lo que la había hecho tan feliz y que le había dado tantas alegrías con la pequeña Valentina.

En Mami Cuéntame un Cuento, Erika no solamente nos presenta variadas opciones de lectura para niños de todas las edades, sino que, además, recomienda y comparte todo tipo de actividades que cree que se complementan muy bien con su visión de pasar más tiempo con los chicos y menos frente a la tele o aparatos electrónicos. En sus publicaciones nos pasa el dato de cuenta cuentos, teatro, conciertos, paseos y visitas a ferias y zonas de juego; hace sorteos y hasta nos enseña divertidas maneras de contar historias involucrando a los más pequeños (como utilizando piedras pintadas o muñequitos tejidos)

Esta entusiasta mamá me cuenta que tiene pánico escénico y que al comienzo no se creía capaz de hablar frente a una cámara; cuenta que, para el primer video, tuvo que usar sus anteojos (esos que casi nunca usa en público porque su mamá desde chica le decía que se los quitara para las fotos) y le costó muchísimo. Ese es el video que les comentaba que vi, en el que la conocí. En él, ella dice muy nerviosa y con toda franqueza que usa los lentes para quitarse un poco los miedos, como a muchos, a veces eso nos sirve de máscara, de protección, de disfraz. En esa primera grabación – me dice – no podía decir palabra sin el confort de estar detrás de ese pequeño objeto. Hoy, los videos de Eka son cada vez más relajados, no ha perdido el entusiasmo y es absolutamente natural, no edita errores o bromas y ese carisma y sencillez la ha acercado a un grupo cada vez más grande de papás y mamás que han atravesado con ella la puerta mágica de la literatura infantil, una aventura de ida.

Le pregunto cómo es que nacen los proyectos para ella y me cuenta una linda historia: «Desde que conocí a Daniel, los proyectos saltan y saltan como la canchita (N.A. canchita = pochoclo, pop corn, palomitas de maíz), es un poco loco y emocionante, lo conocí fotógrafa y emprendimos un proyecto de un Documental de Aventura, a los tres meses ya estábamos en una travesía de 12 días de puro pedal cruzando la cordillera Central, 12 días dándole la vuelta a Lima provincia, salió de ahí una exposición de fotos y un documental con mención honrosa en un festival internacional. Luego por cosas de la vida comencé a hacer postres y terminamos teniendo una empresa de postres en la casa que me tenía entre harina y azúcar todo el día, felizmente salí embarazada y tuve que dejarlo ahí varado, miraba el azúcar y me daba náuseas. Valentina nació y las aventuras ahora eran otras. Y los proyectos fueron tomando forma con ella incluida. Queríamos hacer un blog de aventuras en familia, obvio no la íbamos a llevar a escalar el Everest, pero llevar al río un niño de dos es toda una aventura. Hicimos un piloto y quedé nuevamente embarazada, tuvimos paciencia y nació Cristóbal, mi bebe los primeros meses tuvo un tema de alergias que le hacía problemas respiratorios y los planes aventureros tuvieron que esperar, en el ínterin me aproveché e hice mi blog Mami Cuéntame Un Cuento y me asenté en esto que terminó siendo TOOOODA UNA AVENTURA MARAVILLOSA.»

Le digo lo que muchos de los que la seguimos pensamos: «tu sonrisa y entusiasmo en cada video es contagioso», y le pregunto si este proyecto ha despertado su interés en otros ámbitos. Responde con sinceridad que el blog le ha permitido romper muchos miedos y eso le encanta. Está convencida de que llegan grandes cosas y se siente emocionada, redescubriéndose cada día como mamá, esposa, docente, profesional y más. Tiene muchas ganas de aprender más sobre literatura infantil, y espera poder llevar cursos y especializarse en esa rama con el tiempo.

Aunque Eka dice que nunca se vio como alguien muy empática y que percibe que la gente a veces la ve con cierta dureza, creo que quizá es porque no se considera muy social ni amiguera, y por su gran franqueza y expresividad. Dice tener poca paciencia y «no aguantar pulgas», que es hija de militar y que algunas veces su esposo le recuerda en son de broma que no necesita ser un sargento. Eso no me lo esperaba, pues es curioso verla tan entusiasta y divertida, siempre atenta a los comentarios y preguntas que le hacen sus seguidores y eso es una prueba más de que mucho depende del cristal con que se mira, y que no siempre lo que pensamos de nosotros es lo que piensan los demás.

Cuando le pido que comparta algo que haya aprendido de sus proyectos, contesta sin vacilar: «He aprendido que si quieres hacer algo, lo tienes que hacer bien y te tiene que gustar lo que estás haciendo.» Sus palabras resuenan en lo más profundo de mi. Mamá siempre repetía que la tarea se hace bien hecha, quizá por eso me cae tan bien esta otra mamá, loca por los cuentos y que me hace pensar en la mía, ángel desde hace algunos años, a quien diría con gusto a pesar de las décadas que llevo encima… ¡mami, cuéntame un cuento!

 

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

No recuerdo un juguete en específico, recuerdo mucho jugar con mi hermano a las canicas en la alfombra tipo persa del hall de mi casa, jugar a la guerra con soldados de plástico de cuarto a cuarto, recuerdo tardes de juegos de mesa, hasta ahora amo los juegos de mesa. Todo el tiempo jugaba con mi hermano.

¿Quién o qué te inspira?

Mi modelo es Cristo, estoy lejísimos de ser una buena discípulo, pero él es mi norte, mi guía, mi espejo. Sin Él estuviera perdida, gracias a ÉL estamos donde estamos y mi familia está en pie. Si tengo que copiar alguna acción es la de Jesús, si tengo que pedir un consejo lo busco en su palabra, si tengo que pedir ayuda me arrodillo ante Él y si tengo que agradecer a nadie más que a Él.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Qué difícil es hablar de uno mismo, pero si de algo estoy orgullosa es de mi rol de mamá, amo a mis bebes y aunque me equivoco constantemente sé que estoy por el camino correcto. Me gustaría que otras mamás vean que es necesario pasar tiempo con los hijos, más que necesario diría obligatorio. Sé que muchas tienen que trabajar pero quien tiene la más mínima posibilidad de hacerlo debería buscar otra alternativa y dedicarse a sus hijos. Me gustaría que las nanas sean para emergencias, que la televisión no sea un recurso para que los hijos no molesten, me gustaría que los padres se sacrifiquen más por sus hijos y entiendan que hay un cambio antes y después de ser padres. Me gustaría que la vida sea más simple y que un libro pueda reemplazar mil juguetes.

 

Si quieres conocer más de Erika Pomareda Viacaba, síguela en Mami Cuéntame Un Cuento o escríbele a mamicuentameuncuentoblog@gmail.com

Próximamente encuéntrala en Instagram como @mamicuentameuncuento

Lorena Balbuena: Trabajando su sueño

Posted on Actualizado enn

De Lorena Balbuena me inspira su esfuerzo y dedicación para perseguir un sueño y lanzarse con todo por lo que quiere.

Conocí a Lore hace ya varios años. Por entonces ella era compañera de trabajo del que luego sería mi esposo. Fue cómplice y confidente durante el tiempo que tuvimos que estar separados y estuvo cerca para escuchar y aliviar muchas veces la angustia en los momentos difíciles. Tiempo después de conocerla me enteré de que leía las cartas. Debo confesar que pensé que era un hobby interesante y me sentía curiosa pero bastante escéptica. Lo hacía luego del horario de oficina y los fines de semana. Con el pretexto de juntarnos, dos peruanas en Buenos Aires extrañando la buena mesa de nuestra tierra, sellamos la amistad que seguramente nos acompañará a pesar del tiempo y la distancia; y además, me demostró que lo que hacía no era un juego.

Un par de años luego de conocerla, la empresa en la que trabajaba decidió (de la peor y más vil manera) decirle adiós. Viviendo sola y con cuentas por pagar, Lore tomó el temor que le producía tener que empezar de nuevo y una vez más, se subió las mangas y se puso a trabajar. Esta vez decidió que haría lo que le apasionaba desde muy chica, y armada de sus mazos de tarot y una intuición formidable empezó a hacerse de una cada vez más nutrida clientela, hasta ganar su preciada independencia económica.

Se inició en temas esotéricos cuando tenía solamente 9 años, cuando encontró un libro de tarot en la casa de su familia y unas cartas españolas que su tía abuela le había dado escritas a su mamá. Estas tenían en la parte de arriba los significados, y como jugando, empezó a memorizar las cartas. Lore dice que su línea materna está llena de brujas, de mujeres mágicas, fuertes e intuitivas de las que ha aprendido y heredado su capacidad de percibir lo que otros no pueden. Cuando se mudó, conoció otras personas que leían las cartas y empezaron a practicar. Se dio cuenta de que acertaba cada vez más y ya no sólo con las predicciones del fútbol que asombraban a su papá. Al principio era un hobby, pero con el tiempo se corrió la voz y empezaron a preguntarle cuánto cobraba por leer. Allí creo yo, sembró la semilla de lo que luego sería su trabajo soñado. A los 13 años la mamá de una de sus amigas la llamó para que leyera las cartas en una fiesta de Halloween; sus papás estaban preocupados porque no sabían dónde estaba y ella, feliz, volvió a casa con los bolsillos llenos y una gran sonrisa. Allí empezaron sus ganas de hacerlo de manera más profesional. Luego, cuando vivió en Paraguay le dedicó más tiempo y empezó a ganar un poco de dinero.

La muerte de un amigo muy cercano a su corazón hizo que dejara las cartas temporalmente, pues en una lectura había visto su muerte y eso la asustó. Decidió que no leería más hasta que un día, en un sueño, le dijeron que empezara de nuevo. Comenzó de a pocos al salir de la oficina. A los 26 años decidió estudiar más del tema y encontró un curso de Astrología en Buenos Aires. Lore armó las maletas y alzó vuelo, sola por primera vez. Luego de unos años, pasó lo que les contaba, perdió ese aburrido trabajo administrativo y puso toda su energía y sus ganas en sus amadas cartas. La fila de sus clientes fue haciéndose más larga y con ella llegaron propuestas interesantes, como trabajar en una radio y entrevistas, como la del Canal 7 (canal nacional del Perú)

 

Si hay algo que Lore disfruta es el viajar. Cada vez que tiene oportunidad, viaja a lugares que considera llenos de paz y de una energía maravillosa. Eso la ha llevado a visitar dos maravillas del mundo muchas veces: las magníficas cataratas de Iguazú y la mágica ciudad del Cusco y su Valle Sagrado de los Incas. En lugares como esos encuentra una serenidad que siente transmite a sus cartas, y es esa paz y esa energía la que luego le sirve para encarar las temporadas en las que tiene muchísimo trabajo… Después de todo, ella escucha con paciencia y seriedad las penas y temores de cientos de personas que acuden a ella buscando respuestas, y eso agota. Lleva sus cartas siempre consigo y con ella llegaron hasta el legendario Japón, donde visitó templos y lugares sagrados que la recargaron de energía y amor.

Al preguntarle sobre cómo lidia con la gente que exige una respuesta del tipo ¿cuándo pasará esto o aquello? ¿por qué no sucede tal o cuál? ella es categórica: Los tiempos de sus cartas no son exactos, no marcan días ni horas, pero sí sucesos y circunstancias (como cuando predijeron el embarazo de una de sus clientas que decía que era imposible, y que hoy tiene un pequeño de 3 años). Además, ella está convencida de que lo que dicen sus cartas no es definitivo, ella cree firmemente en que cada quien es dueño de su destino y puede cambiarlo.

Lore aprovecha la tecnología y lee online. Aunque sus principales y más fieles clientes son los de Perú, la virtualidad le ha permitido leer a clientes en Suiza, Japón, España, Ecuador, EEUU, México, Chile y en Argentina. Ella no hace publicidad y es muy discreta, cree en la confidencialidad de quienes confían en ella y tiene una ética laboral impresionante. Es muy exigente con su propio trabajo y busca perfeccionarse cada vez más, incursionando en campos como grafología, quiromancia (que aprendió de su mamá, una fantástica persona), las runas, las constelaciones (en lo quiere profundizar), reiki y seguramente seguirá desarrollando su propia magia, esa que la hace brillar como a pocos. Para ella, la mayor brujería es la envidia, y por eso es muy reservada con sus planes y sueños.

 

Hoy además de sus lecturas y constantes estudios, reparte su tiempo entre viajes y talleres que dicta a otros que quieren desarrollar su intuición, pues cree que todos tenemos esa capacidad dentro.

Al preguntarle qué recomendaría a quien lea esto, con calma contesta «que confíe en su voz interior».

Hay quienes pueden pensar que lo que hace no es más que un truco, una sugestión, una locura. Pero creas o no en su trabajo, es innegable su capacidad para escuchar, para aconsejar, para transmitir una calma peculiar, su constante búsqueda por formarse más y mejor, por perfeccionarse en lo que hace y sobre todo por su pasión por seguir el sueño que la hace feliz. Y eso, para mi, es inspirador.

Las tres infaltables:

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Un juego: me divertía adivinarles los signos a las personas y preguntarles cuáles eran (NUNCA FALLABA) y un juguete, me encantaban las Barbies porque podía controlar las historias que quería para ellas.

¿Quién o qué te inspira?

Me inspira la gente que sale de su zona de confort, los que se atreven a dejarlo todo por sus sueños, sin ataduras sin remordimientos. Amo la gente con fuerza de voluntad y que su prioridad sea uno mismo, admiro a mis padres que a los 6 meses de conocerse se casaron y hoy llevan 41 años de casados, ellos me hacen creer en el AMOR.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

Me encantaría que todos pudieran trabajar de lo que les gusta y lograr su independencia económica. 

 

 

Héctor Buitrago: Música con conciencia

Posted on

Hace tres años se me ocurrió empezar este blog, tratando de recuperar el buen ánimo y reconociendo el valor inspirador de todo tipo de personas. La vida diaria, con sus golpes y rutinas me hizo dejar dormido este espacio cuando, además, perdí toda la información de la entrevista que hice hace ya hace dos años al maravilloso Héctor Buitrago.

A pocas semanas de cumplir los 40 me puse como meta despertar proyectos cercanos al corazón, y en la más feliz de las coincidencias, encontré en un viejo disco duro la copia de algunas de sus respuestas. Me pareció que la mejor manera de retomar este blog debía ser con él, a quien le tengo la deuda pendiente de esta publicación. Tarde, pero con inmenso cariño y admiración.

De Héctor Buitrago me inspira su incansable activismo y su sentido de lo que es correcto. Llegué a él hace ya algunos años gracias a una amiga en común por una entrevista para la revista en la que escribía por entonces. Desde el primer contacto fue siempre sencillo y claro, directo y absolutamente honesto. Me encantó.

Para los que no lo conocen, “Conector”, es un “artivista”, un artista fantástico y un activista comprometido con diversas causas ambientales y sociales, respetuoso de las culturas originarias y lo envuelve una mística peculiar y contagiosa.

Ganador de diversos premios y reconocimientos – incluyendo el Grammy – este talentoso colombiano, uno de los artífices de Aterciopelados (junto a la genial Andrea Echeverri) tiene claras sus prioridades, y sabe que sus talentos son para ponerlos al servicio de los demás. Durante más de veinte años ha experimentado con diversidad de conceptos y sus creaciones para Aterciopelados y como solista siguen asombrando y maravillando.

​En el 2008 la famosa “Canción Protesta” fue elegida por Amnistía Internacional para co-crear THE PRICE OF SILENCE, un himno a los derechos humanos. Lleva la bandera contra los trangénicos, el valor sagrado del agua y diversas causas verdes.

Cuando le pregunté sobre su primera memoria relacionada con la música, me contó que eran varias: Su abuela tocando melodías campesinas en la armónica; un vinilo que le regalaron por su cumpleaños cuando era un adolescente, “Jalajala y Boogaloo” de Richie Ray, y aunque no entendió por qué le regalaban un disco de salsa, cuando escuchó la potencia de sus tambores lo comprendió; y tantas otras que se mezclan unas con otras.

Héctor habla del poder sanador de la música, en su capacidad de conectar y nutrir iniciativas e impulsar luchas pacíficas. Su activismo es francamente sorprendente, cada canción la describe como un espacio para proponer, dar soporte y compartir diferentes ideas y conceptos dedicados a la tierra, la naturaleza, las mujeres y el poder de la música.; y, todo aquello que lo convierta – a su parecer – en un mejor ser humano. Definitivamente no es alguien que se duerma en los laureles de una fama que puede ser pasajera, sino más bien, quien utiliza sus recursos y exposición para poner sobre el tapete temas que muchas veces son relegados por cuestiones más mundanas.

Su proceso de búsqueda de sonidos y composición de música es dinámica, ritual, personal y toma de los que comparten con él escena o estudio, como un aprendiz curioso y feliz, auténtico y fiel a su siempre cambiante estilo. ¿Cómo no me va a inspirar este señor?

¿Recuerdas cómo fue el tránsito de la música al activismo social y por el medio ambiente? – le pregunto… “Los ríos, los océanos… lo ancestral, la búsqueda de las raíces, de dónde venimos en medio del mestizaje… fueron inquietudes que se materializaron en canciones, luego estas canciones se convirtieron en apoyo de campañas e iniciativas similares, después fui investigando, conociendo e integrándome más a estas luchas e iniciativas hasta que se volvió parte de lo musical… como un todo… por eso a esta simbiosis del Arte y el activismo lo llaman Artivismo.”

Al preguntarle de dónde cree que nace su contagiosa pasión por defender la vida, el medio ambiente, lo CORRECTO me dice “bueno, la vida da muchas vueltas, nos va enseñando muchas cosas y al final solo nos queda entender que debemos trabajar colectivamente por un mejor planeta, al igual que cada uno debe trabajar en si mismo para cada día ser una mejor persona…  y el universo y las tradiciones y religiones siempre te dicen qué es lo correcto… debemos buscar la humildad para aceptar ir por el camino correcto.”

¿Qué te impulsa a seguir creando? Y con la sencillez y claridad que lo caracteriza responde que “si es en lo musical, la certeza que lo que viene nuevo es un paso más de lo avanzado en anteriores proyectos… como si se siguiera abriendo un camino que ofrece sorpresas.”

Para él, el trabajo colaborativo con gente de pueblos diversos es una oportunidad de entender diferentes maneras de ver el mundo, de aprender de tolerancia, trabajo colectivo, de la riqueza y diversidad que brinda la vida.

Siempre en movimiento, como el agua, siempre creando y recreando, naciendo y renaciendo, siempre introspectivo, pero mirando al mundo y tendiéndole los brazos.

Las tres infaltables…

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido en la infancia?

Un juego era sintonizar emisoras de onda corta en un radio transistor… pasaba horas oyendo emisoras de diversos países… Un juguete era un oso de peluche color café, me metía con él debajo de las cobijas e inventaba historias.

¿Quién o qué te inspira?

Me inspiran las comunidades que logran detener grandes proyectos o amenazas al territorio, por ejemplo, miles de personas que marchan en algunas ciudades para mostrar su desacuerdo con proyectos de minería, hidroeléctricas, etc. y causan un impacto tan grande que han logrado pararlos. También las meditaciones o movilizaciones globales simultáneas tipo cantoalagua, las que creo que cada vez van a ser más grandes y tendrán efectos muy positivos en nuestra sociedad.

¿Qué desearías inspirar en / a los demás?

El hacer las cosas de acuerdo con las propias posibilidades, ser proactivo, la perseverancia, la fe. Me ha funcionado por eso, lo recomiendo.

 

Para más información sobre Héctor Buitrago y sus proyectos, visita en Facebook a https://www.facebook.com/conectormusica y https://www.facebook.com/aterciopelados/; en Twitter: @Konhector; y las webs www.conhector.com , www.aterciopelados.com y www.cantoalagua.com

Todas las fotografías que acompañan esta publicación fueron proporcionadas por Héctor Buitrago.

 

 

Juliana Silva: La vida es un viaje

Posted on Actualizado enn

Padang Padang - Bali - Indonesia
Padang Padang – Bali – Indonesia

De Juliana Silva me inspiran sus ganas contagiosas de conocer el mundo, siempre con una sonrisa.

A Juju, como la llaman sus amigos desde niña, la conocí por casualidad ¿o causalidad?. Yo trabajaba por entonces redactando artículos para una revista de Singapur que se interesaba en América Latina y Brasil, y me pidieron entrevistar a una chica brasilera que vivía en Singapur y tenía un blog que empezaba a hacerse muy conocido. Cuando la contacté acordamos una entrevista por skype. Era mi primera entrevista de este tipo con alguien totalmente desconocido y estaba muy nerviosa, pero Juju fue tan divertida y sincera que el tiempo pasó volando entre risas y esa mezcla tan particular de español, portugués e inglés que hasta ahora nos acompaña cuando cruzamos e-mails o mensajes.

Desde muy pequeñita, el sueño de Juju era viajar por el mundo, ¡y vaya si lo va cumpliendo!… Primero tuvo la oportunidad de visitar y vivir en diferentes ciudades en Brasil. Trabajó en hostels iniciando sus veintes y luego de algunos años decidió que era tiempo para su primera experiencia cruzando el océano. Como tenía un buen nivel de inglés para entonces, decidió iniciar su aventura por los Estados Unidos; aplicó a un programa de intercambio como Au Pair pero desafortunadamente su solicitud de visa fue negada y así llegó su primera gran frustración. Pasó algunos meses sintiéndose muy triste y tratando de decidir qué hacer con su vida; y así empezó a trabajar nuevamente y a estudiar graduándose en Logística.

Luego de trabajar por poco más de tres años en una empresa la despidieron y se dio cuenta de que fue lo mejor que le pudo pasar en ese momento. Era tiempo de volver al sueño de viajar lejos y cruzar los mares por primera vez. Su gran aventura comenzó al anotarse para trabajar como mesera en un crucero que viajaba alrededor del Mediterráneo, en Europa. Ella dice que esa fue la mejor y la peor de sus experiencias, pues aunque el trabajo podía ser duro y extenuante, los 7 meses que pasó trabajando allí le permitieron conocer gente de todas partes del mundo y visitar lugares que sólo había visto en libros o películas. Nunca olvidará su primera vez en la Fontana di Trevi en Roma, un sueño hecho realidad.

Al finalizar su contrato volvió a Brasil con ganas de más. No podía quedarse quieta, así que aplicó a un trabajo en Singapur y 2 semanas más tarde se estaba mudando al Sudeste de Asia para trabajar en un call center. Vivió en Singapur por 2 años y 7 meses, y aprendió a amar ese lado del mundo. Allí tuvo algunas de las experiencias que considera las mejores de su vida, conoció amigos que serán eternos y visitó muchísimos lugares, aprendiendo sobre diferentes culturas y viviendo plenamente cada día. Hoy está se vuelta en Curitiba, Brasil, trabajando en turismo, bloggeando y viajando mucho.

Hasta ahora ha podido visitar ciudades en Brasil, Argentina, Paraguay, España, Francia, Mónaco, Italia, Túnez, Singapur, Filipinas, Malasia, Indonesia, Tailandia, Camboya, Hong Kong, Japón, Vietnam y contando…

Atardecer en el mirador Koh Phi Phi - Tailandia
Atardecer en el mirador Koh Phi Phi – Tailandia

A pesar de ser una viajera empedernida y haber vivido mil y una aventuras, Juju confiesa tener pánico a las alturas, al agua y a los animales. Recuerda con lágrimas en los ojos cuando decidió trabajar en el crucero y tuvo que hacer un curso de salvataje en el que la prueba era saltar a una piscina desde un trampolín de tres metros. Casi se dio por vencida pero la charla con el Comandante de la nave  y sus ganas de conocer el mundo la impulsaron: fue la primera en saltar y a pesar de los nervios de aquel momento está feliz y agradecida de haberlo logrado. Aunque la veamos en hermosas fotos en canoas o playas exóticas, no nos engañemos… ¡Juju no sabe nadar! Sus ganas son más fuertes que sus miedos y se lanza de cabeza a probar nuevas experiencias.

Juju tiene muchas anécdotas de viaje, algunas las comparte en su blog Juju no Mundo, una invitación a disfrutar de los lugares que visita.

Le pido que me cuente una de esas anécdotas y recuerda que en Asia llamaba mucho la atención (es una chica muy alta, de cabello y ojos claros) en algunos países. En cierta ocasión, cuando viajaba por Bandung al oeste de Java en Indonesia con sus amigas Anna y Regina quiso sacarse unas fotos en la visita que hicieron al volcán. Mientras se preparaban para eso, alguna gente local le pidió tomarse una foto con ella. Al rato ¡mucha gente corría para tener fotos con ella! Entre risas recuerda haberse sentido como una gran celebridad pues esta clase de situaciones le pasaban con cierta regularidad. Recuerda algo avergonzada que para llegar a playas paradisíacas tuvo que subirse a botes, lanchas y canoas, lo que fue una experiencia terriblemente angustiante para ella y seguramente espantosa para los que viajaban con ella por sus gritos de terror. Me cuenta que la peor de todas fue llegar a Rawa, en Malasia, donde Naissa, la amiga que la acompañó en una lancha para cruzar del continente hasta la isla tuvo que soportar 45 minutos de gritos de pánico… En Hong Kong pasó un día entero en Disneyland con cuatro amigos y se subió por primera vez a una montaña rusa. Fue muy vergonzoso para ella ver a todos los niños riendo y divirtiéndose y ella en pánico, con los ojos cerrados y gritando a todo pulmón como si la estuvieran asesinando… Pero así es Juju, no la paran ni sus peores temores, luego del espanto se calza la sonrisa y sigue. Me encanta.

Cuando vivía en Singapur decidió empezar un blog donde compartía sus experiencias como brasilera viviendo en Asia. Al comienzo la idea era sólo mostrarle a amigos y familiares cómo era todo pero luego de algunos meses empezó a recibir muchos e-mails y mensajes de brasileros que habían encontrado el blog en google y querían más información acerca de la vida en Singapur o algunos tips de dónde viajar alrededor de Asia. Se volvió bastante popular en Singapur, ayudando a otros brasileros y extranjeros, sirviendo de guía y mostrando la ciudad a mucha gente, siempre compartiendo la cultura brasilera. El blog le sirvió como trampolín y se convirtió en columnista de otro blog dedicado a brasileros llamado Brasileiras Pelo Mundo (Brasileras alrededor del Mundo), donde solía compartir mucha información acerca de la vida en Singapur, aunque hoy escribe acerca de diferentes experiencias alrededor del mundo.

Juju no es ajena a la atención de algunos medios; participó en un show de tv brasilero que se grabó en Singapur llamado O Mundo Segundo os Brasileiros, y dio algunas entrevistas a diarios, revistas y tv de Singapur. Así y con todo, Juju se mantiene fresca y con los pies en la tierra, buscando cada oportunidad que pueda para viajar y seguir conociendo el mundo. Cuando se mudó de vuelta al Brasil en agosto de 2014, decidió mantener el blog y convertirlo en algo más profesional, con un lenguaje más serio y más información. El blog crece más día a día, dándole la oportunidad de vivir nuevas experiencias y conocer gente interesante, aprendiendo muchísimo de todo y de todos. Cree que escribir y compartir experiencias de viaje es una gran parte de su vida y le encanta, pues la hace inmensamente feliz. Cada vez que recibe un mensaje diciendo que alguien se siente más cerca de esos lugares leyendo sus artículos o mirando sus fotos de viaje se siente espectacular.

Cuando le digo que su sonrisa en cada foto de viaje es contagiosa se pone contenta y me cuenta que su pasión por viajar le dio la pasión por escribir. Aunque le encanta sacar fotos no es una gran fanática de las cámaras profesionales y prefiere las pequeñas cámaras que puede tener con ella todo el tiempo, pues nunca se sabe cuándo es momento para una buena foto. Con cada experiencia su deseo de viajar a crecido enormemente y en su casa conserva muchísimos souvenirs, fotos, postales, imanes, llaveros y libros de todas partes. Siempre está soñando acerca de dónde será su siguiente aventura.

Entre sus proyectos próximos están el aprender más de marketing y medios digitales para innovar con el blog y ayudar a más gente a viajar, enseñarles que es fácil y no se necesita muchísimo dinero o hablar demasiadas lenguas para divertirse viajando. Le encantaría que su trabajo fuera viajar por el mundo, con el blog como herramienta… Conociendo su determinación, francamente no me sorprendería.

Torres Gemelas, Kuala Lumpur - Malasia
Torres Gemelas, Kuala Lumpur – Malasia

Juju se describe como una persona feliz, trabajadora, que sabe disfrutar de la vida y que se preocupa por los demás. Ha tenido la oportunidad de trabajar como voluntaria en sus viajes por el mundo, ayudando principalmente a niños y es algo que haría siempre sin siquiera tener que pensarlo. Cree que otros la describirían como una persona aventurera y a veces un poco loca (ríe)

Si hay algo que ha aprendido en sus años de viaje es a ser paciente, a disfrutar las pequeñas cosas, a preocuparse menos de las cosas, a apreciar cada cosa que trae la vida. Nos lanza un consejo: Hay que tomar riesgos, hacer cambios en la vida, porque esas cosas son las que traen las mejores experiencias y aventuras, las que jamás olvidarás y de las que aprenderás siempre.

En octubre Juju tachará otro viaje de su lista de ensueño, pues visitará el desierto de Atacama en Chile y el Salar de Uyuni en Bolivia, pasará un par de semanas viajando y seguramente nos contará todo en su blog con hermosas fotos y anécdotas.

Juju viajera
Juju viajera

Las tres infaltables…

¿Cuál fue tu juguete o juego preferido en la infancia?

Juegos de todo tipo, en especial los que podía jugar en la calle con otros niños. Nunca me gustaron los juguetes o juegos que sólo pueden jugarse por uno o dos niños, como los videojuegos. Me gustaban los juegos que incluían muchos niños, juegos de retos y jugué vóley por más de diez años, ese fue sin duda mi favorito.

¿Quién o qué te inspira?

Mi mamá, porque es una mujer sorprendente. Vive dedicada a mis hermanas y a mi y no podría estar más agradecida. Pasé mucho tiempo sin valorar aquello pero ahora intento demostrarle cada vez que puedo cuánto la quiero y hacer las cosas correctamente, como me enseñó. Lo que soy hoy es por ella y mi papá.

¿Qué desearías inspirar en/a los demás?

Mi deseo de vivir la vida plenamente, la habilidad de intercambiar experiencia y conocimiento, respetar a la gente más allá de la cultura, la raza, el dinero… Porque la vida se pone mejor y más feliz.

Para conocer más de Juju y sus viajes, puedes seguirla en los blogs www.jujunomundo.com y www.brasileiraspelomundo.com, o en las cuentas de Instagram @jujunomundo y @brasileiras.pelo.mundo.com.

Tatiana Calixto: Tejedora de Sueños

Posted on

Tatiana Calixto 1

De Tatiana Calixto me inspira su búsqueda incansable de aprender y transmitir a los demás, su entusiasmo y vocación docente.

A Tati,  o «la Ta», la conocí por absoluta casualidad mientras buscaba información en una red social. Bastaron algunos mensajes de ida y venida para darnos cuenta que, aunque fuéramos tan distintas, teníamos mucho en común. Con el paso de los años hemos forjado una amistad que ha permitido reencuentros en Lima y Cusco (Perú) y en Buenos Aires (Argentina). Parece que sin querer nos vamos siguiendo la pista y acabamos siempre charlando en un café, mientras las horas pasan volando.

Tati nació en la cordillera oriental de los Andes en Colombia, hace ya varias décadas. Se identifica plenamente con la montaña, con el frío, y le atrae la soledad. Le encanta tejer en telar de cintura al estilo cusqueño, y lo hace a las mil maravillas; cualquiera diría que lo hace desde pequeña y no desde hace algunos años. Confiesa que tiene un sueño: «Cumplir mas décadas de vida, y ojalá tener una casita en los andes cusqueños en donde tenga una cama para dormir, y mucho espacio para tejer y exhibir mis materiales e instrumentos de trabajo. Algo así como un taller de tejido personal en donde haya un espacio para dormir (y hacer café).» Y es que, como buena colombiana, no puede vivir sin un buen tinto.

A los 16 años sorprendió a su familia cuando se fue a estudiar Filología e idiomas a Bogotá en la Universidad Nacional de Colombia. Por entonces no se imaginó que la carrera que había elegido fuera para ser docente (¡era una adolescente!) y sólo imaginaba que era para aprender acerca de las culturas del mundo. Tati pensaba que de esa forma, aprendiendo idiomas, se le abrirían las puertas para conocer el mundo. Nada más. Antes había hablado de estudiar antropología, sociología o artes teatrales, pues desde su punto de vista estas carreras también podrían enseñarle de las culturas del mundo y el alma humana. Nunca tuvo en mente que después tendría que conseguir un trabajo y vivir de lo que había aprendido. En fin, su familia estaba sorprendida porque su falta de paciencia e impulsividad no era ideal para ser profesora; pero una licenciatura en Filología e idiomas les sonó bien y con esta bendición se fue a la universidad simplemente a hacer lo que más le gusta: APRENDER.

«Ya la vocación de enseñar creció de mi gusto por ser el centro de atracción (ahí va eso de querer ser actriz) y de conocer más a mis estudiantes. Era joven, casi tan joven como ellas y ellos cuando empecé a enseñar inglés en el Centro Colombo Americano de Bogotá (CCA) en 1991. Simplemente la vocación surgió de mi interés por los estudiantes que querían aprender el idioma y por divertirnos mientras aprendían. El CCA era un ambiente estimulante y siempre la administración estaba trabajando para que los profes fuéramos mejor cada día. Creo que no he estado en un ambiente de tanta camaradería e interés en nuevas pedagogías para enseñar. Eso lo saben mis jefes de entonces, se los he dicho y les he dado las gracias años después» – me cuenta con una mueca risueña.

Tati es un personaje divino, emana una energía especial, con su risa divertida y su imposibilidad para estarse quieta (me sorprende que pueda quedarse quieta para tejer); pero así como es accesible para sus estudiantes es muy exigente, casi implacable, en especial si reconoce en alguno un potencial que se está desperdiciando.

Hoy, enseñando español en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, la experiencia de innovación, de buscar lo nuevo y la excelencia la sigue acompañando. Enseñando en los Estados Unidos ella identifica nuevos retos, entre ellos cuenta con despertar conciencia de justicia social, justicia cultural, de encontrar las semejanzas en la esencia del ser humano a pesar de las diferencias, como ella dice: «reflexionar en que somos productos de un espacio y tiempo y que no somos mejores o peores sino diferentes.» – y continúa – «En mi experiencia, la diversidad que encontramos en los Estados Unidos no debe propiciar razones para creernos con derechos adquiridos sólo por cuestión de color o de capacidad adquisitiva, o creer que podemos seguir ejerciendo poder por el privilegio con el que nacimos. El terreno es fértil para crear conciencia precisamente por estos conflictos y fricciones. Las relaciones sociales en los Estados Unidos son fascinantes y hay mucho trabajo por hacer y mejorar.»

Y vaya que se las ingenia para de algún modo encontrar la forma para inculcar en sus estudiantes esa conciencia de necesidad de cambio y de ver a los demás desde otros puntos de vista, no sólo desde un lugar de privilegio. Es enérgica al afirmar que «si hacemos algo para el bienestar de otro o renunciamos a algo que impacte el bienestar del otro, estamos haciéndolo por nuestro bienestar y el de la sociedad también. Estas cuestiones, pienso que deben ser discutidas también en nuestros países latinoamericanos.» Cuando Tati habla de temas que le tocan el corazón se emociona, es defensora de las causas justas y su práctica docente está impregnada de ello. Idealista y soñadora, se choca con duras realidades todo el tiempo, pero luego del golpe inicial sigue avanzando con paso firme, aunque no sepa lo que encontrará a la vuelta de la esquina.

Tatita

Esa necesidad de fomentar la justicia social, las ganas locas de aprender y su fascinación con el tejido de pueblos originarios se vieron de alguna manera asociados cuando un día, sentada con su profesora de tejido, Noemí Sallo Callañaupa, en el Centro de Textiles Tradicionales de Cusco en junio de 2008 se fue gestando la idea de un proyecto que propiciara que los estudiantes de la Universidad de Michigan visitaran el Cusco y Chinchero para aprender a tejer en telar de cintura y compartir con las comunidades rurales. Recuerda que «después de los primeros minutos de mi asombro ante lo que se me revelaba del ingenio humano, me pregunté en voz alta que por qué no más personas fuera de la región sabían de semejante arte, que dónde había estado yo metida en la oscuridad por toda mi vida, que cómo haría yo para poder ayudar a dar a conocer esta práctica en Michigan.» Y así comenzó, con Noemí que entonces tendría unos 18 años. Ese mismo año solicitó fondos de un programa en la universidad llamado Experiencia Global para Estudiantes de Pregrado o Global Intercultural Experience for Undergraduates (GIEU) para ir con estudiantes a Cusco y en el 2009 fue a hacer exactamente eso y a colaborar de cualquier forma que la comunidad de Chinchero necesitara. En 2010, 2013 y 2015 volvió con más estudiantes a seguir escuchando a la comunidad.

Tati sueña con muchos años más de proyectos, la describe como una experiencia preciosa y una de las cosas que más le gusta, es que todos están en una situación de ser aprendices de las comunidades originarias, no sólo su arte, sino su modo de vivir. Contrario a otros proyectos, la directriz de estos proyectos no es de definir a las comunidades ni imponer necesidades occidentales para «ayudar», sino escuchar qué es lo que quieren y necesitan y partir desde ahí para la colaboración. Escuchando.

Al preguntarle sobre sus retos y satisfacciones como docente me cuenta que de ambas tiene un poco todos los días. «Por ejemplo, tratar de que los estudiantes piensen en nociones profundas de la vida o sencillas pero que no se nos revelan como que nunca llegas ni vas a llegar solo o sola a donde estás hoy o llegarás, que hay que agradecer a todas aquellas personas que aparentemente son invisibles, pero que cumplen un papel grande o pequeño en nuestros caminos, en nuestro viaje por la vida; o el reto de ser crítico o crítica con lo que nos han enseñado o con lo que los medios de comunicación nos manipulan para comportarnos o pensar de cierta manera» – y continúa – «Es gracioso que sólo a veces es suficiente leer en voz alta una idea escrita en un libro de texto para encontrar cuan simplificadas son las definiciones de color o género, o afiliación política que nos quieren meter en la cabeza. Es una gran satisfacción cuando todos en la clase nos reímos de estas simplificaciones y es una risa sincera.»

Cuando habla de fracaso en su práctica docente me dice: «tal vez el mayor fracaso apunta a lo mismo, a cuando siento que ya no hay nada que hacer para ayudar a abrir mentes y corazones, pero sólo hay tanto que puedo hacer, hay límites en lo que quieres enseñar y sólo queda resignarme, esperar lo mejor y continuar. Aclaro: no quiero dogmatizar, pero sí quiero que los estudiantes se cuestionen ideas simplistas y vivan una vida en donde los conceptos sean algo más complejos de lo que han aprendido en casa o en el colegio o en los medios de comunicación.»

Cuando pregunto de dónde cree que nace su interés por las artes manuales de los pueblos originarios, ella me recomienda ver un video de una presentación que hizo para la universidad hace un par de años, así que aprovecho para compartirlo aquí:

Tatiana Calixto: My Weaving Journey from UM North Quad on Vimeo.

 

A Tati le encanta aprender, porque dice que se  siente como una niña… «Es como volver a las charlas con mi abuela cuando me quedaba algunos fines de semana o algunos días de las vacaciones escolares o de navidad con ella. Es como volver a crecer en esos espacios en donde no preocupaba nada sino pasar el tiempo por ejemplo tejiendo con mis primas, o como hacer las tareas cuando mis padres estaban alrededor y escuchar explicaciones más amplias de lo que estaba aprendiendo.» La impulsa a aprender esa sensación de no saber mucho de nada, y le encanta sentir el asombro al descubrir el ingenio humano y preguntarse ante algo nuevo «¿pero cómo no se me ocurrió que esto o aquello se pudiera hacer o fuera de x o y forma?». Además, cree que así descubre que todos tienen experiencias diferentes y esos momentos de descubrimiento son de humildad, admiración y estímulo.

¿Cómo planificas un nuevo proyecto? – le pregunto – ¿qué debe tener sí o sí ese proyecto para que te sea atractivo?; y su respuesta es casi un grito: «¡¡¡¡Con el corazón!!!!… Para proyectos con estudiantes en el extranjero, el proyecto debe ponernos en situaciones en las que no estamos acostumbrados a estar, en roles que rompan nuestra pre-concepción de que estamos capacitados para hacer algo, ¡pero oh sorpresa, no lo estamos! Hay que darle cabida a la vulnerabilidad y a estar cómodos con no saber. A la vez, el proyecto debe dar espacio para descubrir que sí podemos lograr las metas o tareas. Con esfuerzo y emoción, todo se puede; como nos ha enseñado mi profe de tejido Rosita. Los proyectos deben tener sí o sí un procesamiento diario, concienzudo y cuidadoso, en un espacio seguro para el diálogo. Este procesamiento apunta a romper estereotipos y formas simplistas de concebir el mundo, la felicidad, el consumismo, la risa, el trabajo, la familia… todo es más rico y complicado de lo que parece ser. Esto lo examinamos diariamente. No puedo imaginarme perder el tiempo y esfuerzo de ir a un lugar sin que me cambie de alguna forma o sin cuestionarme nuevas preguntas y exponerme a nuevas respuestas. Y eso mismo quiero para mi grupo.»

Entre cafés y risas, Tati destila entusiasmo puro, se le ilumina el rostro recordando anécdotas y me cuenta alguna… «Visité una comunidad de Cusco, más arriba de Calca, que se llama Accha Alta. Fue una invitación de un tejedor la que me llevó a quedarme en su casa con su familia. No había planeado ni tenía la intención, pero su esposa me preguntó si quería aprender el tejido de allá –una forma de diseño propia que requiere un manejo más o menos avanzado de los hilos. Toda la familia participó en el urdido de la pieza y como siempre, me sentía nerviosa porque quiero demostrar que el esfuerzo de ellos o de mis profesoras tejedoras no es en vano. Ella tejió la primera parte mientras yo observaba atenta y luego llegó mi turno. Difícil. Traté con resultados más o menos… a decir verdad, sin tantos resultados. Tomamos un descanso para preparar el almuerzo y visitar un sitio arqueológico cerca de su casa. Pasamos la tarde caminando por el campo y visitando más amigas y cuando volvimos, me senté solita a descifrar los hilos y el diseño. Cuando finalmente fui capaz, ella estaba en la cocina preparando la cena y cuando se enteró estaba tan feliz como si el logro hubiera sido de ella. Dijo que ahora las dos estábamos unidas en el corazón. Ella sólo habla Runa simi (Quechua), así que el mensaje me llegó por su esposo. Quería llorar por su generosidad y alegría, y creo que nadie me había dicho esas palabras, pero no sólo eran palabras. Era un sentimiento. Una verdad. Hace poco leí la cita de Aristóteles “Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto”. Ha sido mi filosofía como profesora, y ella, con sus palabras, me demostró que lo ha sabido siempre.» Creo que esta anécdota resume un poco lo que uno encuentra cuando empieza a conocer a Tatiana. Es sentimiento puro, sin filtro, transparente, absolutamente natural.

Mientras hablamos del tipo de ambiente en el que prefiere o le gustaría trabajar, es categórica al afirmar que su sitio de trabajo más importante es el aula de clase: «Es con mis estudiantes con quienes me siento más cómoda. Sin ellos y ellas, yo no existiría como profesora y es lo que más valoro de mi trabajo. Siento que he creado un ambiente de trabajo personal en donde mis estudiantes y yo nos podemos expresar sin temor a la equivocación, y en donde podemos ser nosotros mismos. Es un sitio de crecimiento personal en donde los retos nos enseñan nuestras capacidades, nuestro esfuerzo tiene resultados, en donde hay satisfacción, en donde no tenemos que ser perfectos. Inculco que dejen la actitud de competencia afuera de clase y aprendamos a que todos somos profesores de todos. Me gustaría que este espacio, con estas características, fuera extenso y no sólo se diera en el aula.»

Tati es apasionada, comprometida, trabajadora. Le pregunto cómo se describiría ella y me dice: «Digamos que si me viera desde afuera y quisiera describir a esa mujer que no camina sino que corre, que sonríe todo el tiempo, que salta y baila cuando se emociona sin importar el lugar, que va a mil por hora (o como dice mi hija “andas tan acelerada como las películas de los años 20”), que tiene ideas y ganas y ánimo y fuerza de hacer algo diferente y con corazón, diría que esa mujer es una loca. Una linda loca.» Y no puedo hacer más que estar de acuerdo con ella. Es una loca divina.

Tatita4

Las tres infaltables…

¿Cuál fue tu juego o juguete preferido de la infancia?

Me encantaba jugar a diseñar y coserle o tejerle ropa a las muñecas. Jugaba mucho tiempo sola aunque tenía muchos primos y hermanos de mi edad. Me encantaba construir casas de cartón para las muñecas y usaba cualquier objeto o material para recrear una casa real o miniaturas que no conseguía para amoblarlas.

¿Quién o qué te inspira?

Me inspira la gente que tiene fuerza para trabajar, que tiene entusiasmo, que es feliz descubriendo en el mundo cosas pequeñas o grandes, que no le tiene miedo a lo nuevo, que es curiosa y hace conexiones para seguir encontrando crecimiento personal. Me inspira la gente autocrítica, en continua re-valuación de sus valores, en constante querer ser mejor, la gente que en medio de los retos encuentra fuerza y que no juzga las experiencias como positivas o negativas, simplemente las ve como experiencias para crecer.

¿Qué desearías inspirar en/a  los demás?

Es una pregunta difícil, porque pienso que cada persona es libre de tomar inspiración donde sea y de quien sea. Así, que pienso que si fuera el modelo para alguien, simplemente no sería quien soy yo. A ver me explico…. si forzosamente tuviera que contestar la pregunta, sólo espero que la gente se lance a hacer lo que le suene sin tanto miedo y sin calcular tanto las dificultades y el trabajo que hay que ponerse para lograr un objetivo. Con todo respeto, lo único que yo quiero inspirar, es a que las personas hagan en la sociedad y en el mundo lo que mejor les convenga con su propio y único modo de ser. Que no sigan patrones ajenos, sino que se sigan a sí mismas.